Twitter se ha propuesto que 2017 sea el año en el que consiguió eliminar la mayor parte del discurso de odio que corre diariamente por la plataforma. Una empresa difícil de conseguir pero que no obstante asume con tensón: además de reformar sus propias políticas de uso, de incluir herramientas para dotar a los usuarios de funciones contra el acoso y el abuso, ahora la compañía anuncia nuevas medidas que rastrearán imágenes inapropiadas.
La bandera nazi está considerada un elemento de odio en Twitter
A partir de ahora, los usuarios que pertenezcan a asociaciones o grupos que promuevan la violencia tendrán difícil entrar a Twitter. Esto es especialmente sensible en Estados Unidos, donde hace poco que la plataforma enfrentó la polémica de haber otorgado el icono azul de verificación a supremacistas blancos.
Así, Twitter cerrará las cuentas de quienes estén en contacto con este tipo de agrupaciones, e impedirá que nuevos usuarios se creen cuentas con palabras, nombres o frases que inviten a la violencia, la xenofobia o la homofobia.
Esta actividad pone en entredicho el discurso de plataforma absolutamente libre de censura que siempre ha enarbolado Twitter. No obstante, el ataque a otros es uno de los límites de la plataforma; esta misma semana se le ha suspendido la cuenta a la líder de un grupo extremista de derechas popular en Reino Unido, Britain First. Jayda Fransen fue la autora de los vídeos en contra del islam que el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retuiteó en su cuenta oficial.
Pero la nueva característica que más llama la atención de la política contra el odio en Twitter es la de rastrear imágenes que inciten a la violencia. La bandera nazi es un ejemplo de lo que la compañía buscará por la plataforma para retirar, pero surgen dudas sobre el criterio elegido para considerar algunos elementos como críticos y otros no.
Por ejemplo, la bandera confederada, que remite a la guerra civil estadounidense, no está clasificadas como elemento de odio, algo con lo que no todo el mundo está de acuerdo. Veremos si en un futuro Twitter hace pública una lista creciente de elementos que no se podrán publicar en la plataforma sin consecuencias.
