Nest fue una de las grandes compras de Google en 2014, pero tal vez se realizó en un momento algo extraño para ambas compañías. Por una parte, Nest solo tenía un producto real, un termostato, y por otra Google estaba a punto de crear Alphabet, una casa madre que alojase todos sus proyectos.
Durante tres años, Nest ha sido uno de esos proyectos independientes dentro de Alphabet; y por lo tanto, ha estado sujeto a unos estándares más elevados. En otras palabras, tenía que empezar a conseguir dinero para la compañía, y Alphabet ha demostrado que no tiene reparos en deshacerse de proyectos que no cumplen esta regla.
Hoy la andadura de Nest como empresa independiente dentro de Alphabet se termina. Se integrará de nuevo en Google, donde se fusionará con el grupo de desarrollo de hardware; la marca probablemente continuará, pero los productos serán creaciones de Google.
Lejos de considerar esta absorción como un fracaso, en Nest consideran que pueden sacar provecho de los desarrollos de Google. Este no es el final de los productos Nest, ni mucho menos; de hecho, puede que salgan beneficiados.
Los desarrollos de Inteligencia Artificial tendrán especial importancia para Nest. La creación de termostatos, cámaras y videoporteros inteligentes que usen aprendizaje automático para mejorar nuestra experiencia será un filón que tienen que aprovechar ahora que tienen acceso a esa tecnología.
Para Google es el movimiento que más sentido tiene; de esta manera sus desarrollos de domótica quedan bajo el mismo paraguas y remando en la misma dirección. Con proyectos como Nest Secure, el sistema de seguridad de Nest, esto es más que evidente y permitirá ofrecer productos que trabajen con todos los sistemas de Google.
Por lo tanto, no podemos decir que Google haya tirado a la basura los 3.800 millones de dólares que costó Nest. Mas bien todo lo contrario. Ahora es cuando empieza la verdadera apuesta de Google por la domótica.