Aunque en Omicrono hemos hablado mucho de coches autónomos, el sector que más se puede ver afectado por esta tecnología es el de los camiones. Con los camiones autónomos, las compañías disfrutarían de unas ventajas imposibles con conductores humanos; y esto puede tener un gran impacto sobre el mercado laboral.
Y no estamos hablando de prototipos que nunca llegarán al mercado; ya hay fabricantes que están listos para ofrecer estos servicios, y Uber es una de ellos. Desde que adquirió a la startup Otto, Uber ha conseguido grandes avances en camiones autónomos, y en 2016 consiguió realizar el primer pedido, una gran campaña de marketing.
Desde entonces, la tecnología ha avanzado mucho; tanto, que Uber ya está dispuesta a correr el riesgo y está empezando a usarlos en trabajos reales. Los primeros viajes son de su servicio Uber Freight, dedicado al transporte de mercancías en vez de al de personas (sólo disponible en EEUU).
Algunas cargas seleccionadas están siendo transportadas con los nuevos camiones autónomos de Uber; aunque los conductores humanos aún no se han descartado completamente, y se encargan de las tareas que los sistemas autónomos no puedan realizar por si solos.
Por ejemplo, el encargado de recoger la carga del usuario es un empleado humano, que la lleva a un centro de reparto; es aquí donde se traslada la carga al camión autónomo, que es el que realiza la mayor parte del viaje. El camión autónomo no entrega la carga directamente, sino que también la lleva a un centro de reparto y es un empleado el que termina el viaje.
De esta forma, se evitan problemas en los momentos más críticos del viaje, la carga y descarga del pedido. Por el momento, todo esto forma parte de unas pruebas en Arizona, donde los camiones simplemente forman parte de la flota de Uber Freight, de la misma forma que los coches autónomos forman parte de Uber. Lo único que hace Uber Freight es conectar a los usuarios con los camiones y los conductores humanos.
Esto es importante, porque si Uber Freight u otras compañías pretenden implementar camiones autónomos, probablemente lo harán de manera parecida. Esto demuestra que, más que una idea de futuro, los camiones autónomos ya son una realidad del presente.