La confianza de los usuarios en Facebook ha disminuido drásticamente desde que salió a la luz el escándalo de Cambridge Analytica y la venta de datos. Cada nueva información levanta aún más polémica.
La última tiene que ver con Facebook Messenger, la plataforma de mensajería estandarte de la compañía. Porque si los usuarios lo sospechaban, la empresa lo confirma: Facebook espía las conversaciones de los usuarios, en un intento de aplicar las normas de uso. Los que se han mostrado reticentes a abandonar Facebook o a sumarse al boicot organizado como medida de protesta quizá cambien de idea con este último dato.
Facebook Messenger busca virus, malware o imágenes abusivas a costa de escanear conversaciones
Aunque la motivación puede entrar dentro de la lógica, el hecho de que la compañía escanee las conversaciones para detectar noticias falsas, virus o comportamiento abusivo sin conocimiento del usuario no suena muy tranquilizador. Máxime cuando los usuarios no han estado al tanto de este protocolo de seguridad hasta que Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, lo explicitara en una entrevista.
Al parecer, los mensajes en los chats pueden denunciarse del mismo modo que se hace cuando un comentario en una publicación resulta abusivo o va en contra del usuario de algún modo. Los moderadores pueden leer ese mensaje para decidir la acción a realizar. Con las imágenes pasa algo parecido: cada vez que enviamos una foto por Messenger, el sistema trata de descartar abuso infantil, y con los links, virus.
La plataforma ya ha recalcado que no emplea la supervisión para otros fines, como pueda ser la recopilación de información para su posterior venta a anunciantes. Sin embargo, esta confirmación llega en un momento en el que Facebook está en la cuerda floja en materia de confianza para los usuarios. Según Zuckerberg, los más de dos mil millones de personas que emplean Facebook deben comenzar a pensar que sus datos han estado involucrados en ventas ilícitas de alguna manera.
Otras plataformas se han enfrentado a críticas del estilo por violar la privacidad de los usuarios. Twitter se enfrentó a un escándalo hace poco cuando se filtraron las actuaciones del equipo de seguridad, que leía mensajes directos sin ningún pudor, aunque con la supuesta finalidad de detectar infracciones en su política de uso. Hasta la fecha, parece que la forma más segura de proteger nuestras conversaciones es no mantenerlas mediante aplicaciones.