Virgin Galactic ha iniciado las primeras pruebas de vuelo desde el accidente mortal de 2014; la SpaceShipTwo vuelve a volar, y es sólo el principio.
Entre SpaceX de Elon Musk y Blue Origin de Jeff Bezos, no podemos olvidarnos de otro proyecto espacial con multimillonario al frente. Virgin Galactic, la empresa de Richard Branson, ya lleva años desarrollando naves espaciales, pero con motivos muy diferentes a los de los otros dos.
Desde el principio, Virgin Galactic tenía una filosofía más exclusiva; su principal objetivo es ofrecer viajes a turistas espaciales que puedan pagar 250.000 dólares. No pretende llegar a Marte ni nada parecido, sino que es un objetivo tal vez más terrenal, pero también más realista.
Estos sueños se cancelaron temporalmente en octubre de 2014, cuando la nave de Virgin, la SpaceShipTwo, sufrió un fallo catastrófico que acabó con la muerte del piloto. Desde entonces, la compañía ha presentado una nueva versión de la SpaceShipTwo, y ha trabajado en volver a los cielos. La SpaceShipTwo ya ha participado en varias pruebas en las que sólo ha planeado, pero ya tocaba encender el cohete una vez más.
Hoy Virgin ha vuelto a hacer volar una nave espacial, después de más de tres años. La nave, llamada VSS Unity, despegó acoplada a un avión, y fue soltada desde las alturas; fue entonces cuando encendió su cohete principal, con el que consiguió velocidades supersónicas, según Richard Branson.
En la VSS Unity iban dos pilotos, que se encargaron de hacer aterrizar la nave por su cuenta sin problemas. La nueva nave ha sido rediseñada teniendo en cuenta el accidente mortal, por lo que es una buena noticia que los cambios no hayan provocado más problemas. Lo último que quiere Virgin Galactic es otro incidente más que manche el historial de la compañía para futuros clientes.