Con la llegada de las pantallas a la mayor parte de aspectos de nuestra vida, muchas han sido las voces que claman por un control sobre el impacto que los LED tienen sobre la salud. En ocasiones se denomina directamente "luz azul", que cambia por completo el patrón al que hasta ahora estaba sometido el ser humano en su vida diaria.
Investigaciones científicas avalan la preocupación por el exceso de luz azul para el descanso o la obesidad
La luz azul tiene una longitud de onda muy pequeña y concentra mucho su energía, y su característica principal es que parpadea muy fácilmente. Por eso, si hacemos la prueba de enfocar con una cámara a la pantalla de un ordenador, veremos cómo la superficie aparece rallada.
Es este movimiento el que fomenta la sequedad de ojos, el cansancio visual y los dolores de cabeza. Pero no solo eso: según numerosos estudios realizados a lo largo de los años, la luz azul tiene mucho que ver en la calidad del sueño de los usuarios, sobre todo si emplean el móvil o el ordenador justo antes de dormir, e incluso en la obesidad de los usuarios.
La luz azul natural regula los ritmos circadianos o de sueño, los estados de ánimo y los tiempos de reacción. Ante las quejas y la mayor conciencia social, las grandes compañías incorporan desde hace un tiempo algunas funciones que, se supone, ayudan a eliminar el tono azulado de las pantallas.
Apple incorpora Night Shift, una función que amarillea la pantalla y genera colores cálidos, aunque no hay evidencias de que eso mejore el descanso de los usuarios.
Se pueden encontrar bloqueadores de luz azul para todo tipo de pantallas, gafas y filtros; mientras la ciencia avanza, depender de un móvil o un ordenador es cada vez más necesario; no abusar del uso de una pantalla será, durante un tiempo, la mejor solución.