BitTorrent quiso crecer dejando a un lado las descargas, pero no fue capaz

Bit Torrent Logo

Un programador llamado Bram Cohen, antiguo estudiante de la neoyorquina Universidad de Búfalo, diseñó y lanzó en 2001 un protocolo para el intercambio de archivos punto a punto. ¿Su propósito? Facilitar la compartición de grandes archivos a través de la red, como actualizaciones de videojuegos, distribuciones de Linux... Lo llamó BitTorrent.

Tres años después, en 2004, Cohen fundó junto al empresario Ashwin Navin BitTorrent, Inc., la compañía que se encargaría oficialmente del desarrollo y mantenimiento del protocolo, así como de su cliente homónimo. Entonces, según estimaciones, BitTorrent era responsable del 25 % de todo el tráfico de internet. El protocolo parecía haber dado con la clave de la compartición P2P al repartir el trabajo entre diversos ordenadores que proporcionaban solamente una pequeña parte del archivo total. Las semillas que había concebido Cohen funcionaban.

Hoy, más de tres lustros después de los inicios del protocolo, el cliente primigenio y la empresa, todo el conjunto está en manos de la fundación TRON tras confirmarse la compra que llevaba semanas rumoreándose. Los intentos por diversificar el negocio, crecer y generar beneficios al margen de las descargas P2P que los hicieron famosos, no fructificaron.

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Uno de los problemas principales que tuvo BitTorrent desde el principio fue su asociación a las descargas no autorizadas o incluso ilegales, dependiendo de las legislaciones de cada país. El protocolo y su cliente, gracias a sus características favorables a la compartición de grandes archivos, se convirtieron en el Napster de las películas y las series.

Eso, a los responsables de BitTorrent, no les gustaba. Dicen que el creador afirma que él no se propuso construir un "barco pirata" cuando lanzó su producto para compartir archivos allá por el 2001.

El distanciamiento evidente de las descargas P2P que los hicieron populares, de eso que ellos mismos llamaron "piratería", llegó con ciertos titulares surgidos hace cinco años. Con la serie 'Juego de Tronos' despuntando, se hablaba de un "récord de piratería BitTorrent" al haber registrado supuestamente 5,2 millones de descargas de un episodio de la tercera temporada.

Y se quejaron en una publicación de su blog: "La idea de un "récord de piratería BitTorrent" es una invención completa. Porque en realidad no existe como un 'récord de piratería BitTorrent', porque la piratería ocurre fuera del ecosistema de BitTorrent".

"No alojamos contenido infractor. No lo señalamos. Es literalmente imposible "descargar algo ilegalmente en BitTorrent". Para piratear cosas, se necesita más que un protocolo. Necesitas una búsqueda, un sitio de contenido pirata y un administrador de contenido. No ofrecemos nada de eso. Si estás usando BitTorrent para piratería, lo está haciendo mal".

El quid de la cuestión estaba en la propia naturaleza de la plataforma y sobre todo del protocolo: siendo de código abierto, no se puede vetar la entrada a nadie. Sea quien sea, haga lo que haga.

Valla publicitaria de BitTorrent

Igual que el Gobierno de Reino Unido lo empleó para distribuir información sobre su gestión, que compañías de videojuegos lo emplean para distribuir parches o actualizaciones o Facebook y Twitter lo emplean para distribuir actualizaciones a sus servidores, otros usuarios pueden utilizarlo para actividades que pueden ser ilegales o no estar autorizadas en sus países de origen y que no te gusten.

Ese conjunto, en cualquier caso, es el que permite presumir de números. Como podemos leer en la página en la que explican quiénes son, BitTorrent Inc. expone sus cifras: más de 170 millones de personas utilizan sus productos mensualmente y hasta el 40 % del tráfico mundial de internet está movido por sus protocolo. Ahí es nada.

"Nuestra misión es construir una Internet mejor. Trabajar con la gente, las industrias y las naciones para crear mejores maneras de mover la información. Mejores formas para que los creadores ganen dinero. Nuevas formas para que los aficionados se comprometan, en sus términos. Formas de mantener las cosas que compartimos. Internet nos prometió esto. Y prometemos cumplirla.

Creemos en un Internet de opciones, no de reglas".

Los responsables de BitTorrent, desde luego, fueron pioneros al creer y apostar por las redes descentralizadas de igual a igual en contraposición a las que basan su arquitectura en servidores a la hora de facilitar el intercambio de archivos. Sin embargo, su estrategia por construir un negocio a largo plazo, pasando por encima de las numerosas disputas legales que ha enfrentado por lo que se hacía con su protocolo, no ha resultado exitosa. Al menos, no tanto como se esperaba. La transformación de esta tecnología en una empresa rentable se ha hecho complicada.

Valla promocional de BitTorrent

En 2007, BitTorrent Inc. creyó que era una buena idea virar hacia una compañía que entrase de lleno en el negocio que supuestamente estaba perjudicando su protocolo. Fue cuando lanzaron BitTorrent Entertainment Network, "la biblioteca más completa de entretenimiento digital descargable jamás acumulada en la web". Una plataforma creada "por y para la Generación BitTorrent", aseguraban, "que tiene un gran apetito por el entretenimiento de alta calidad bajo demanda".

Incluía contenido completamente legal, según explicaban, de 20th Century Fox, Lions Gate, MTV Networks, Paramount Pictures Warner Bros. Home Entertainment y Metro-Goldwyn-Mayer Studios. En ella se podían alquilar películas, comprar programas de televisión y vídeos musicales, e incluso la comunidad podía publicar y compartir su propio contenido. Un año más tarde cerró porque no era rentable, reemplazándose por un buscador.

Más adelante, en 2013, llegó BitTorrent Bundle. Una nueva forma de distribución para los creadores, más o menos en marcha, en la que los usuarios pagan las obras desde el mismo archivo que descargaban. Una iniciativa que tres años después fue renombrada como BitTorrent Now con una estrategia ligeramente diferente: quería ser una alternativa a Netflix y Spotify para artistas y creadores independientes.

En 2013 llegó BitTorrent Live, una plataforma de streaming que recurría al P2P para mejorar su funcionamiento; en 2016 presentó un canal propio de noticias vía internet, BitTorrent News, que se emitiría dentro de la plataforma de vídeo en streaming; y anunciaron la producción de programas originales entre 2014 y 2015 que nunca llegaron a buen puerto. Estos proyectos terminaron definitivamente el año pasado.

Sin olvidar otros proyectos de escaso éxito como BitTorrent Surf, BitTorrent Maelstrom o BitTorrent Bleep, entre otros. uTorrent, con decenas de millones de usuarios, sería la excepción. Así como los servicios empresariales de BitTorrent que se escindieron en una compañía independiente, llamada Resilio, hereda de los servicios de BitTorrent Sync.

Sync by BitTorrent

El capítulo más reciente del reto por hacer de BitTorrent Inc. una empresa exitosa fue la llegada de Jeremy Johnson y Robert Delamar como directores ejecutivos. Tomaron el control en abril de 2016 y uno de ellos, Delamar, quería convertir la empresa en "el próximo Netflix". Con ellos en el cargo, se lanzó BitTorrent Now. Seis meses después se anunciaba el adiós al servicio y Bram Cohen, fundador y creador, comunicaba el despido de sus dos directores ejecutivos, el despido de un número desconocido de empleados y el cierre del estudio de producción que tenían en Los Ángeles.

Quienes avanzaron a 'Variety' la noticia, dijeron que la compañía había gastado millones de dólares en BitTorrent Now. Una de las fuentes, además, aseguraba que el gasto estaba "fuera de control". No era la primera vez un nuevo enfoque en la compañía terminaba mal, la historia era conocida. BitTorrent Entertainment Network, que también era una apuesta diferente y también cerró, les costó millones de dólares en contenido comprado a los principales estudios de Hollywood.

Tras este turbulento episodio, se especula con que BitTorrent buscaba comprador. Finalmente ha sido la fundación TRON la que ha adquirido BitTorrent Inc. con su plataforma y sus populares aplicaciones, como BitTorrent Play para iOS, uTorrent Web y los clientes de escritorio para PC y Mac, entre otras. Pese a que la cantidad en la que se ha fijado la operación no ha sido anunciada, se ha rumoreado que supera los 140 millones de dólares, cantidad similar a la valoración que se estima.

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