Apple y su proyecto Marzipan plantean la convergencia del software (y quizás, la del hardware)

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Ubuntu fue la primera en plantear la convergencia sin éxito. Microsoft lo intentó también con Windows 10 y sus aplicaciones universales, pero el fracaso de su plataforma móvil ha truncado esos planes. Google parece tener Fuchsia en el horizonte, pero... ¿y Apple?

La empresa de Cupertino parecía no mover ficha salvo por tímidos guiños como los de Handoff y Continuity. Ahora una exclusiva de Bloomberg nos descubre el proyecto Marzipan, con el que Apple permitirá a los desarrolladores ofrecer una especie de aplicaciones universales que estén diseñadas tanto para iOS como para macOS. Llega la convergencia al software, y eso plantea la pregunta: ¿llegará también al hardware?

Los responsables de Apple siempre han tenido claro que tanto iOS como macOS tenían sentido por separado, pero lo cierto es que mientras que la App Store para iOS ha tenido una trayectoria espectacular, la de macOS ha ido languidenciendo paulatinamente.

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Como explican nuestros compañeros de Applesfera, "los desarrolladores prefieren centrarse en la app que les genera más usuarios, actualmente la de iOS antes que la de macOS", y en lugar de tener que depositar sus esfuerzos en dos plataformas parecidas pero no idénticas acaban desarrollando solo para iOS. Con Project Marzipan eso ya no sería necesario, porque según Mark Gurman:

Los desarrolladores de software podrán diseñar una única aplicación que funcione con una pantalla táctil o ratón y trackpad dependiendo de si se ejecuta en el sistema operativo iPhone y iPad o en el hardware de Mac.

Este proyecto podría desvelarse oficialmente en la próxima WWDC de 2018, y entraría en acción en iOS 12 y la próxima versión de macOS que aparecerían en otoño de 2018, dentro de menos de un año. No queda claro si Apple unificaría sus tiendas de aplicaciones en una sola, pero como dice Gurman la versión de la App Store para macOS no ha cambiado desde 2014, mientras que la de iOS se renovó recientemente.

Para los que creemos en la convergencia y venimos hablando de ella desde hace un tiempo, la promesa de Ubuntu o de Windows fracasó por un motivo sencillo: ir desde "arriba" (sistema operativo de escritorio) hacia "abajo" (sistema operativo móvil) presentaba demasiadas complejidades a la hora de adaptar el paradigma de PCs y portátiles a un móvil.

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La cosa podría ser muy distinta con el enfoque contrario, y pudimos ver una buena demostración de cómo podría ser el futuro con Remix OS, una plataforma que ha quedado en tierra de nadie pero que demostraba que Android podría funcionar perfectamente como plataforma de escritorio.

Ese concepto no ha quedado en el olvido, y de hecho soluciones como Samsung DeX o la idea de Huawei en sus Mate 10 y Mate 10 Pro —que solo necesitan un cable, no un dock— han dejado claro que hay una interesante vía para los usuarios que quieran usar su smartphone como un PC en ciertos escenarios. No en todos, desde luego, pero la opción siempre estaría ahí para poder aprovecharla.

De hecho los pocos movimientos que hemos visto de Apple van en esa dirección: iOS se ha ido "macosificando" (disculpas por el término) y en su última versión ha adoptado tanto el explorador de archivos como el Dock si uno trabaja con el iPad. Eso hace pensar en una cosa y solo una: el futuro de Apple no está en macOS, sino en iOS.

Es cierto que cada uno tiene ahora mismo sentido y que hay ciertas herramientas que no están en uno u otro lado —por ejemplo, las que siguen convirtiendo a los Mac en una poderosa herramienta para editores de vídeo o creativos— pero iOS se muestra cada vez más ambicioso también en esos terrenos, y puede que el proyecto Marzipan precisamente esté dirigido no tanto a que los desarrolladores puedan llevar sus apps de iOS también a macOS, sino todo lo contrario: que el desarrollador de Final Cut X lo lleve a iOS, por ejemplo.

Ese hipotético futuro —y es probable que esto no ocurra hasta dentro de bastante, si es que ocurre realmente— haría que macOS dejara de tener sentido definitivamente, aunque aquí se plantea otro interrogante: el de cómo afectaría eso al hardware que vende Apple.

Esa unificación y convergencia software planteada por este proyecto también podría implicar un plan futuro en el que el hardware también se unificase. Parece difícil pensar en ello teniendo en cuenta que Apple acaba de anunciar sus iMac Pro, pero puede que ese MacBook basado en ARM no esté tan lejos como parece.

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De hecho los chips ARM de Apple comienzan a hacerle guiños a los equipos de sobremesa y portátiles de la firma. Hemos visto cómo los han integrado para ciertas funciones en los últimos MacBook con Touch Bar y también en los citados iMac Pro, y la tremenda potencia de los Apple A11 Bionic parece hacer más que posible un MacBook basado en este procesador.

El iPad Pro basado en un A10X Fusion ya ha demostrado que es muy válido como plataforma de productividad, así que la evolución natural de la tecnología hará que cada vez sea más factible sustituir una arquitectura por otra, al menos en teoría.

Así pues, estamos ante un proyecto que abre muchas e interesantes alternativas de futuro para Apple. La empresa es en los últimos tiempos ultraconservadora con su forma de asumir estas transiciones, así que puede que tardemos bastante en ver un MacBook o un iMac basado en ARM con una versión de iOS con soporte de ratón y teclado y con un Final Cut X funcionando a todo trapo. Y sin embargo, la opción parece estar más que nunca delante de nosotros.

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