Si sigues la actualidad del coche eléctrico es muy probable que sepas que durante varios años el más vendido a nivel mundial fue el Nissan LEAF, un coche 100 % eléctrico de tamaño medio lanzado en diciembre de 2010. Y aunque por cifra total de ventas acumuladas lo sigue siendo (más de 300.000 unidades), ya no lo es si nos centramos en ventas anuales (y ojo, que hablamos solo de coches 100% eléctricos, no de eléctricos de autonomía extendida o de híbridos enchufables).
Esto es debido principalmente a dos motivos: cada vez hay más modelos entre los que elegir, y que el Nissan LEAF es un modelo cuya renovación y mejora de autonomía era una crónica anunciada, por lo que muchos posibles compradores han podido optar por esperar el nuevo antes que comprar el viejo. Un coche americano y uno chino le han adelantado.
La República Popular China, es un país enorme, el tercero del mundo por tamaño, y el primero por población, con más de 1.339 millones de habitantes. Además es también la primera economía del mundo por PIB total (el segundo si consideramos el PIB nominal).
Es bien sabido el rapidísimo crecimiento económico que ha experimentado en las dos últimas décadas, su industrialización y la cantidad de productos Made in China (o Made in PRC) que se comercializan por todo el mundo.
Siendo así, a nadie debería extrañarle que China sea también el mayor mercado mundial de automóviles, y por extensión el mayor mercado mundial para el coche eléctrico. En lo que llevamos de 2017, alrededor del 44,5 % del total de vehículos eléctricos vendidos en el mundo lo fueron en China (y ahora hablamos a nivel global de vehículos enchufables, incluyendo 100 % eléctricos, autonomía extendida e híbridos enchufables).
Hablando solo de China, del total de coches enchufables que se han vendido en 2017, aproximadamente el 80 % son coches 100 % eléctricos (BEV).
China aúna varias condiciones propicias para que esto suceda: cada vez hay más población con capacidad adquisitiva suficiente para adquirir un coche propio (aunque sea uno sencillo y económico), el Estado incentiva la compra de vehículos eléctricos con ayudas, y sobre todo la contaminación del aire en algunas ciudades es un problema tan grave, afectando a aproximadamente una tercera parte de la población del país, que China tendrá que abordarlo a marchas forzadas.
Los vehículos eléctricos son una pieza clave, aunque no la única, para intentarlo. Además de retirar automóviles contaminantes de las carreteras, China, por ejemplo, intenta depender menos del carbón en la generación de energía eléctrica, y aumentar la cantidad de energías renovables.
En 2017 el coche eléctrico más vendido a nivel mundial está siendo el Tesla Model S, aunque también sea uno de los más caros. Su atractivo diseño, su gran autonomía, la extensa red propia de supercargadores, y sus deportivas prestaciones, le valen para ser un coche muy deseable, que incluso acumula esperas de entre 3 y 6 meses, según versión y mercado.
Según los datos registrados en los tres primeros trimestres del año, el Tesla Model S ha vendido 41.176 unidades en total, frente a las 36.166 unidades del Nissan LEAF.
Como ha pasado con otros modelos que se han renovado con mayor autonomía, y han visto aumentar sus ventas notablemente (el BMW i3 y el Reanult ZOE, por ejemplo), es razonable pensar que el nuevo Nissan LEAF de segunda generación, con más autonomía, e incluso con una segunda versión algo más cara y todavía mayor autonomía para finales de 2018, recuperará las ventas perdidas.
Sin embargo el Nissan LEAF no se ha quedado en el segundo puesto, sino en el tercero. El segundo puesto se lo ha robado un coche eléctrico chino: el BAIC BJEV EC180 ha acumulado un total de 37.876 unidades vendidas. Es además el coche eléctrico más vendido de China en el año, por delante de otras marcas como Zhi Dou, Geely, Chery, JAC o BYD (entre otras).
La marca BAIC es bastante desconocido en Europa, aunque no lo es tanto en América, con presencia desde no hace mucho tiempo en países como México o Chile. BAIC, Beijing Automotive Industry Holding Co. Ltd., es un grupo industrial chino dedicado al automóvil, con sede en Pekín y de propiedad estatal.
Fabrica casi de todo: componentes de automóvil, coches propios completos, camiones, autobuses, vehículos agrícolas, vehículos militares... e incluso también coches para marcas como Hyundai (Beijing Hyundai) o Mercedes-Benz (Beijing Benz) para el mercado chino. BAIC es el quinto fabricante chino por volumen de automóviles.
Dentro de la marca BAIC, se ha desarrollado una submarca específica de coches eléctricos, llamada BAIC BJEV, con 5 modelos diferentes: EU (sedán), EC (utilitario), EX (SUV mediano), EH (sedán muy grande) y EV (monovolumen mediano), con hasta 8 versiones con distintas autonomías.
Dentro de esa lista, encontramos el EC180. Es un coche utilitario de segmento B, de casi 3,68 m de largo, 1,63 m de ancho, casi 1,52 m de alto y 2,36 m de batalla. Tiene una carrocería alta y cierto aspecto de SUV (todocamino, o coche con imagen campera, cada cual que le ponga el nombre que prefiera).
Es un coche eléctrico sencillo de prestaciones muy discretas: tiene una autonomía homologada según el antiguo y optimista ciclo europeo NEDC de 156 km, gracias a una batería de 20,3 kWh de capacidad, y una modesta potencia de tan solo 41 CV (30 kW) y 140 Nm de par motor. Supera por poco los 100 km/h de velocidad máxima y se recarga en unas 5 horas.
Su principal virtud es su precio: con ayudas a la compra del Estado incluidas, está disponible a partir de unos 6.400 euros al cambio (desde 49.800 yuanes). Con la mentalidad de un español, este pequeño coche eléctrico podría ser algo así como nuestro SEAT 600, que aunque pequeño y sencillo, a finales de los años 50, años 60 y principios de los 70 del siglo XX, ayudó a motorizar un país por aquel entonces en desarrollo como España.
El BAIC BJEV EC180, desde su modesta posición, está ayudando a la motorización eléctrica de China. En nuestra humilde opinión, y salvando las obvias distancias, nos parece tan meritorio esto, como la posición de las marcas punteras como Tesla que intentan estar a la varguardia del coche eléctrico.
Los unos y los otros, cada uno con su granito de arena, al final, persiguen el mismo objetivo: avanzar hacia la transición del automóvil, desde el de combustión, del siglo XX, hacia el eléctrico, del siglo XXI.