¿Es malo tener el móvil mucho tiempo cerca del cuerpo?

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La alerta de que tener el teléfono móvil muy cerca es nocivo no es nueva. Sin embargo, con cada nuevo estudio se asienta la evidencia de que mantener constantemente el dispositivo muy pegado al cuerpo puede ser perjudicial debido a la radiación que emite. Así lo asegura al menos el último estudio de elaborado por el Departamento de Salud Pública de California (Estados Unidos).

No existe una normativa estricta sobre la distancia a la que deberíamos situarnos del móvil

Desde allí piden a la población que se deje de usar tanto el teléfono, lo cual parece un requerimiento muy difícil de cumplir para la gran mayoría de los usuarios, que usan el móvil para registrar su sueño, despertarse o hacer deporte, por ejemplo y que han popularizado palabras como nomofobia (que no es otra cosa que el miedo a dejarse el móvil en casa).

El estudio, cuyo primer borrador se publicó en marzo, sugiere que el tipo de radiación emitida por un teléfono, la radiofrecuencia EMF, puede incrementar significativamente el riesgo de padecer cáncer cerebral.

Los momentos concretos en los que el uso del teléfono es más peligroso son a la hora de coger una llamada o de realizarla y cuando viajamos: los móviles se van conectando de una torre a otra para tener siempre una señal constante. Por otro lado, unos dispositivos emiten una mayor radiación que otros.

Como no existe una regulación firme sobre la distancia adecuada a la que los usuarios tendrían que situarse del teléfono, las recomendaciones son siempre muy laxas: no llevar el teléfono pegado al cuerpo en los bolsillos de la ropa, usarlo menos, no dormir con él cerca…

Lo cierto es que existe un riesgo que aún no se ha determinado del todo, y aunque pueda ser mínimo no está de más saber en qué situaciones deberíamos olvidarnos de nuestro móvil. Además, así se puede fomentar la desintoxicación pero no por señales emitidas, sino de redes sociales y conexiones que no se acaban.

Por ejemplo, al usar el dispositivo dentro de un coche aparcado la radiación rebota de la misma manera que si estuviéramos dentro de un microondas. La radiofrecuencia se magnifica en un vehículo.

La idea de no dormir con el móvil cerca es, por otro lado, una medida de higiene a la hora de meternos en la cama. El brillo de la pantalla retrasa la conciliación del sueño, y el tenerlo cerca nos permite echar mano de él para actualizar perfiles, mirar correos, repasar redes sociales, juegos…

Es un buen momento para tratar de empezar 2018 dejando un poco más de lado nuestro dispositivo. ¿No os parece?

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