Casi 400 millones de dólares de los 3.700 recaudados en la financiación de criptomonedas se han robado o perdido

Criptomonedas Robadas Perdidas

Una de las mayores firmas de servicios profesionales del mundo, EY, ha analizado más de 372 ofertas iniciales de monedas encontrando que se ha robado o perdido más del 10 % de los fondos recaudados, cuantificados en 3.700 millones de dólares estadounidenses por este mismo estudio. Hablaríamos de cerca de 400 millones.

Según la investigación realizada por la compañía antes conocida como Ernst & Young, el phishing ha sido la técnica de piratería informática más utilizada para las ICO. Básicamente, sustituyendo direcciones de monederos de proyectos, el acceso a claves privadas o el hackeo de bolsas de valores y monederos. El informe asegura que los hackers han podido robar hasta 1,5 millones de dólares en ingresos mensuales de las ofertas iniciales de moneda.

Los autores de la investigación señalan que los atacantes se aprovechan de la publicidad, la irreversibilidad de las transacciones basadas en blockchain y los errores básicos de codificación. Si las ICO hubiesen sido revisadas cuidadosamente por experimentados desarrolladores y analistas de ciberseguridad, aseguran, "se podrían haber evitado" los fallos básicos.

El estudio, que aborda en conjunto el fenómeno de las ofertas iniciales de monedas, también señala que la falta de valor fundamental y de debida diligencia de los inversionistas potenciales son las causas principales que están propiciando la volatilidad extrema de las ICO y, por tanto, de las criptomonedas.

Como muestra, sirva un llamativo dato descubierto en el análisis: en algunos casos, los inversores están aportando capital a determinas ICO a un tasa media de más de 300.000 dólares estadounidenses por segundo. No obstante, la investigación también ha observado que el volumen de las ofertas se ha ralentizado desde finales de 2017 y que menos del 25 % alcanzaron su objetivo en noviembre, en comparación con el 90 % que lo consiguió el pasado mes de junio.

EY también señala que en la mayoría de los casos no existe necesidad de crear una moneda de intercambio específica para una aplicación o empresa, porque "añade complejidad y riesgo sin beneficios significativos", y que las valoraciones sobre las ICO se dan en función del fenómeno conocido como "FOMO" o "fear of missing out", "miedo de perderse" en nuestro idioma.

Ese temor a quedarse fuera empuja a apostar por unas ICO que en la mayoría de los casos aparecen en el mercado antes de que exista un negocio alrededor de la solución que proponen, al contrario que las ofertas públicas iniciales tradicionales del mercado bursátil. El estudio también encontró varios casos en los que el código de software contenía detalles que no habían sido revelados o chocaban con lo planteado en la oferta, como asegurar que no se emitirían más monedas cuando el código estaba abierto a esa posibilidad.

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