Una de las principales sospechas que los usuarios de Twitter llevan teniendo a lo largo de años de uso es que sus mensajes directos, de usuario a usuario, no son tan privados como podría parecer. Y parecen llevar razón: según saca a la luz la plataforma Proyecto Veritas, los trabajadores de la compañía, en un número muy alto, pueden leer los mensajes privados de los usuarios.
Twitter se ha defendido de las acusaciones de violación de privacidad de forma somera
En un vídeo publicado por Veritas se observa cómo, durante varias conversaciones informales mantenidas por periodistas y diferentes ingenieros e informáticos de la compañía, todos mantienen una misma versión: Twitter accede a la información que se envía a través de los mensajes directos para establecer un perfil virtual sobre el usuario y poder vender la información a los anunciantes.
Se llega a hablar, incluso, de un equipo de unos 300 o 400 trabajadores dedicados, en exclusiva, a indagar en los mensajes privados de los usuarios para controlar el tipo y tono del contenido; de hecho, en el vídeo se observa cómo los propios trabajadores no distinguen si una fotografía con referencia sexual se envía de forma pública.. o privada.
Los trabajadores cuyas conversaciones aparecen en el vídeo son conscientes de la poca privacidad y seguridad que ofrece Twitter, y del peligro que supone que exista un equipo humano conociendo las intimidades de los demás, con un contenido que no desaparece de los servidores ni aun cuando el usuario decide eliminarlo.
Con la sensación de que Twitter es más un "Gran Hermano" que una plataforma de discusión transparente, las defensas de la compañía no han ayudado a relajar el ambiente. Según BuzzFeed News, desde Twitter alegan que ellos no revisan "de forma proactiva" los mensajes directos. "Y punto", enfatizan.
Pero el hecho de que Twitter no haya ofrecido más datos aclarando cómo lleva a cabo de verdad el proceso de eliminación de información, o cuáles son los filtros para el contenido que va en contra de su política de uso, hace pensar que, por el momento, la preocupación de los usuarios podría estar justificada.