El Bitcoin en sus inicios no era lo que ahora. Solamente era conocido por puñado de frikis y apenas valía unos céntimos y posteriormente unos pocos dólares. Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Ni siquiera la recompensa por minar era la misma: mientras que ahora es de 25 BTC, antes obtenías 50 BTC cada vez que minabas un bloque completo.
Por supuesto, minar un bloque completo también era ridículamente sencillo. No era necesario equipos de miles de euros que se necesitan hoy en día. Luego la criptomoneda fue cogiendo fama con el paso de los años y ni siquiera con una inversión mileurista sabríamos a ciencia cierta si ganaríamos algo debido a la alta competencia.
Minar era tan sencillo como descargar el programa necesario y ponerlo a funcionar con nada más que nuestra CPU de ordenador personal sin grande especificaciones. Cualquiera con su Intel Pentium 4 o su reciente y flamante Intel Core i3, i5 o i7 (acababan de salir al mercado, prácticamente) con varios núcleos podía minar sin mayores complicaciones.
La mejor época para minar, sin duda, en 2010
Quien minase en aquella época un solo bloque completo y lo mantuviese sin gastar hasta ahora, habría llegado a tener aproximadamente unos 959 350 dólares antes de que el Bitcoin comenzase a desplomarse el 16 de diciembre del año pasado (ahora tendría un valor de 320 000 dólares y bajando).
De los procesadores se pasó a las tarjetas gráficas en octubre de 2010, cuando se lanzó el primer software para minar con ellas. Se comenzó a usar tarjetas gráficas NVIDIA o ATI usadas hasta ahora para juegos pues entonces ofrecían mayor rendimiento que las propias CPU (para minería, se entiende).
Aquí nos situamos en noviembre de 2011, cuando el precio sufrió un pequeño colapso perdiendo el 94% de su valor debido a un conjunto de muchos sucesos: se popularizó para comprar drogas en Internet, hubo muchos robos de Bitcoin a casas de intercambio y los primeros reguladores de EEUU ya estaban presionando para que se cerrase.
Posteriormente se pasó a las Field-programmable Gate Array, que ofrecían un rendimiento similar a las tarjetas gráficas pero con un menor consumo. Y es que, no solo influye para que sea rentable el precio del equipo, sino también el consumo eléctrico, que supone gran parte de los costes.
Por último, tenemos ASIC (Application-specific Integrated Circuite), el punto en el que nos encontramos actualmente. Por 2013, más o menos, podíamos comprar equipos decenas de veces más potentes que otras opciones y preparados para minar por poco más de 1000 dólares. Hubo remesas de hasta 600 unidades que se vendieron en apenas 20 minutos.
En este mismo momento, además, el Bitcoin pasó a ser algo de aficionados a ser algo de industria, en el que se han introducido muchas empresas y compañías con inversiones millonarias, contra lo que es difícil competir. A día de hoy, incluso competir teniendo equipos ASIC de miles de euros es muy difícil, sobre todo tras la caída de 53 días que estamos sufriendo ahora mismo, cuando la recompensa ha caído aproximadamente un 70% con respecto a diciembre debido a la inflación negativa.