¿Quién puede dudar de que la tecnología que empleamos de forma cotidiana para trabajar ayuda en nuestra tarea?
Los procesos se han automatizado, las máquinas, Inteligencias Artificiales y apps que se emplean en el ámbito laboral van encaminados hacia la eliminación del error en el trabajo, a la plena eficiencia y productividad. No obstante, la realidad es otra: tal y como sugiere un estudio reciente llevado a cabo por Microsoft, la tecnología nos está distrayendo demasiado.
Microsoft achaca la frustración de los empleados a que trabajar en un entorno tecnológico débil
El análisis se ha llevado a cabo cotejando datos de 21 países europeos, con un total de 20.000 empleados preguntados. Solo el 11,4% se siente realmente productivo en su puesto de trabajo al recurrir a elementos pensados para ayudar en las tareas cotidianas.
Los correos y la constante disponibilidad que implica un móvil de empresa o un chat de grupo que no se desconecta nunca acaba por generar un estrés en los empleados, señala el informe, que se ha publicado esta semana. Eso sin mencionar el libre acceso a herramientas que también distraen: Twitter, Facebook, memes, GIF, vídeos virales…
Sin embargo, la compañía tecnológica no está tirando piedras sobre su propio tejado. La sutil apreciación que Microsoft hace es que los trabajadores más afectados negativamente por la tecnología vienen de un entorno, tanto laboral como personal, en donde no se ha ajustado el nivel tecnológico de forma adecuada, denominándolas empresas con una "cultura digital débil".
En ellas, el 20% de los empleados se sienten frustrados debido al papel de la tecnología. Sin embargo, los trabajadores de empresas que sí la promueven y que además imparten formación y avanzan con ella se sienten productivos en un 22%.
Así, Microsoft se suma a la oleada de grandes firmas que deciden reconocer los riesgos y debilidades de una forma de trabajar, relacionarse y comunicarse que también puede tener un lado negativo.
El verdadero reto, según Microsoft, no es el de generar una cultura adecuada de tecnología en las empresas, sino concienciar hasta qué punto las nuevas herramientas deben ayudar y no eclipsar o entorpecer completamente el desempeño laboral de una persona.