La desnudez no es bien recibida en Facebook. "¿Qué es lo que no está permitido?", se pregunta una página del servicio de ayuda de la red social. Y se contesta con varios ejemplos de lo que no está permitido, poniendo uno por encima del resto: "Desnudos o contenido de carácter sexual". Da igual si el contenido no es pornográfico y tiene que ver con el arte, lo emocional o la divulgación. No cabe la desnudez. O, mejor dicho, no toda desnudez.
The New York Times ejemplificaba hace unos días la incoherencia y el sesgo de género que indigna a una parte de su comunidad de usuarios, también a anunciantes y sobre todo a los más pequeños, con la historia de una autora, Krista Venero, que escribe bajo el seudónimo de K.L. Montgomery y emplea la plataforma para promocionar sus obras.
Compró anuncios en Facebook para promocionar una novela romántica que publicó el año pasado y empleó una fotografía donde se veía la parte superior de una espalda femenina. La red social, tras comprobar el contenido del anuncio, lo rechazó. A pesar de que la imagen no fuese nada distinta a la que puede verse en otros anuncios de la plataforma sobre, por ejemplo, productos estéticos.
La escritora impugnó la decisión y un representante de la compañía le dijo que el anuncio implicaba desnudez y no permiten anuncios "con un trasfondo sexual".
Con posterioridad, Facebook ha dicho que el anunció se rechazó incorrectamente, pero este ir y venir solamente demuestran la escasa tolerancia de algunas redes sociales a según qué desnudos. "Tengo uno que tiene el pecho de un hombre y nunca he tenido problemas con él. Pero con el hombro de una mujer tenemos un problema", explica la autora al rotativo estadounidense.
Los ejemplos continúan con el marcado de una foto de una mujer en camiseta leyendo con poca luz, por ejemplo, "mientras permite una imagen provocativa del estómago desnudo de un hombre para un anuncio de un grupo de Facebook dedicado a 'novelas románticas húmedas' llamado Beyond 50 Shades", señala el reportaje. Aunque una portavoz de Facebook ha señalado que tal imagen, en la que el hombre tenía el pulgar en el interior de los pantalones, fue incorrectamente aprobada.
El vicepresidente de operaciones de soluciones de marketing globales de Facebook, Joel Jones, aseguró a The New York Times que la compañía tendió a ser "conservadora" cuando monitoreaba los anuncios que la gente podría considerar ofensivos, pero que cuando aplican sus reglas referente al contenido para adultos no hace distinciones entre hombres y mujeres.
"Los revisores humanos están entrenados con ejemplos que incluyen tanto hombres como mujeres", explica
No obstante, otras personas no creen lo mismo. Jillian York, directora de libertad de expresión internacional de la Electronic Frontier Foundation, dice que "las políticas de Facebook tienen el efecto de sexualizar los cuerpos de las mujeres de una manera que no es necesaria y es muy poco saludable para la sociedad".
Se refirió, especialmente, a que se toleren los pechos de los hombres pero no los de las mujeres. Y es cierto.
Concretamente, más que el pecho de la mujer como tal, Facebook restringe la exposición de los pezones. Como explican en sus normas comunitarias, "restringimos algunas imágenes de pechos de mujer si se ve el pezón". No obstante, dicen que siempre permiten "fotos de mujeres que estén dando el pecho o que los muestren con cicatrices por una mastectomía".
Respecto al primer ejemplo, así es, aunque no fue así hasta 2014. Respecto al segundo, también es cierto, pese a que continúe prohibiendo vídeos o fotografías en los que se explique cómo practicar un autoexamen mamario y organizaciones como Movimiento Ayuda Cáncer de Mama deban idear campañas como "Tetas x Tetas", en las que emplean los pechos de un hombre para mostrar cómo puede realizarse una exploración.
Los ejemplos podrían continuar todavía más recordando cuando se descubrió que Facebook llegaba a censurar por desnudez estatuas del Renacimiento, cuando se suspendió se cerró una página por publicar una de las portadas más icónicas de la desaparecida revista Interviú con un desnudo de hace más de cuatro décadas o, recientemente, cuando también se censuró "por pornográfica" la Venus de Willendorf, una escultura de 30.000 años de edad.