La curiosa amistad entre los macrófagos y los tatuajes (y cómo esa amistad se puede convertir en su gran punto débil)
Nunca ha sido sencillo explicar cómo funcionan los tatuajes. Mientras los tatuajes son 'para siempre', pero las células de la dermis no: cambian bastantes veces a lo largo de la vida. ¿Por qué no desaparecen? La clave parece estar en los macrófagos.
Los macrófagos son células con hambre. Un elemento central del sistema inmunitario que se especializa en reconocer, engullir y destruir células dañadas, muertas o distintos tipos de infecciones. Son, por decirlo de alguna manera, los matones del sistema inmune, los que hacen "el trabajo sucio". Y, por ajustarnos al cliché cinematográfico, como buenos matones que son les encantan los tatuajes.
Durante años, se pensó que los tatuajes funcionaban tiñendo las células de los fibroblastos en la capa dérmica de la piel. Más recientemente, los investigadores han sugerido que los macrófagos se sienten atraídos por la herida producida por la aguja y devoran el pigmento como si fuera un patógeno agresor.
Sin embargo, ninguna de esas explicaciones resolvía el problema. Ahora un grupo de investigadores franceses han descubierto que esas células pueden pasar el pigmento a las nuevas células cuando mueren.
Para conseguir desentrañar el problema, dos investigadores Sandrine Henri y Bernard Malissen del Centro de Inmunología de Marsella-Luminy desarrollaron ratones genéticamente modificados gracias a los cuales pudieron eliminar a los macrófagos de la dermis y algunos otros tejidos. Tras eliminarlos, las células acaban siendo reemplazadas por nuevos macrófagos.
Lo curioso es que, aunque confirmaron que los macrófagos dérmicos eran el único tipo de célula que adquiría el pigmento cuando tatuaban las colas de los ratones. Sin embargo, cuando eliminaban a estos macrófagos, el tatuaje permanecía. La única conclusión es que los macrófagos liberan el pigmento al morir y semanas después es absorbido por los nuevos macrófagos que ocupan su lugar.
Este ciclo de captura, liberación y recaptura del pigmento se produce de manera continua en la piel tatuada. "Creemos que, cuando los macrófagos cargados de pigmento del tatuaje mueren durante el curso de la vida adulta, los macrófagos vecinos recuperan los pigmentos liberados y aseguran de manera dinámica la apariencia estable y la persistencia a largo plazo de los tatuajes", explica Henri.
Es cierto que los tatuajes se pueden eliminar mediante pulsos de láser que hacen que las células de la piel mueran y liberen su pigmento. Ahí, según sabemos ahora, se inicia una dialéctica entre los macrófagos vecinos que luchan por mantener el pigmento y el sistema linfático del cuerpo que trata por alejarlo de la piel.