Hasta ahora sabíamos que la NSA había estado espiando a medio mundo desde hacía años, pero los documentos de Snowden también han revelado que la agencia estadounidense estuvo trabajando urgentemente en rastrear a los usuarios del Bitcoin. Tal y como ha revelado ahora el portal The Intercept, los documentos clasificados facilitados por Snowden en 2013 incluían pases en los que se hablaba de identificar usuarios de criptomonedas, siendo Bitcoin la principal prioridad.
Este rastreo, de hecho, parece que fue más allá de indagar en la Blockchain en busca de los identificadores únicos de cada usuario. Según algunos documentos, también se recopilaron detalles de los ordenadores de estos, como la dirección MAC, su actividad de Internet, las direcciones IP o las contraseñas.
Los documentos también apuntan a que la NSA podría haber estado utilizando por lo menos una misteriosa fuente de información para ayudarles a rastrear los datos de los usuarios que enviaban o recibían Bitcoins. Según se desprende de ellos, esta fuente podría haber estado aprovechando la capacidad de la NSA para analizar tráfico de todo el mundo, y utilizando un programa que simulaba ofrecer anonimato a los usuarios.
Según los documentos, esta fuente le proporcionaba a la NSA datos de usuario como información de facturación o direcciones IP, con los que podrían identificar fácilmente a cualquier usuario. También se apunta a que podrían haberse utilizado herramientas como XKeyScore para obtener más datos, un programa que según dijo el propio Snowden en su día, servía para recolectar todo lo que hacemos en Internet.
Según los documentos facilitados por Snowden, la NSA también se habría aprovechado del programa OAKSTAR, un conjunto de alianzas corporativas encubiertas que les permitía monitorizar las comunicaciones de los usuarios directamente desde los cables de fibra óptica. Concretamente habría utilizado un subprograma de OAKSTAR llamado MONKEYROCKET, con el que se habrían recopilado datos de Medio Oriente, Europa , América del Sur y Asia.
Este MONKEYROCKET también se describe en otros documentos como "un servicio no occidental de anonimización de Internet" con una base de usuarios significativa en Irán y China. No está del todo claro qué podría ser esto, pero los investigadores de The Intercept lo interpretan como una herramienta con la que se engañaba a los usuarios de Bitcoin, haciéndoles pensar que les ayudaría a obtener anonimato en la red, posiblemente algo parecido a una VPN.
Según los documentos de la NSA, esta operación fue concebida primero como un programa de contraterrorismo, y después para identificar delincuentes o narcotraficantes buscados internacionalmente mediante la técnica de seguir su dinero a través de Internet. No hay pistas que apunten si la NSA miró más allá de eso dentro de las criptomonedas, pero lo que está claro es que tuvieron capacidad para rastrear a millones de usuarios.