El paracaídas de 35 metros que dejará al "rover" que buscará vida bajo la superficie de Marte funciona
La siguiente gran misión a Marte (si Elon Musk no llega primero) tendrá un aliado que está siendo probado minuciosamente por la ESA: un paracaídas doble que evite que la llegada del material a la superficie de Marte se convierta en un desastre tras el largo viaje. El primer test, bajo condiciones de frío más realistas, ya se ha realizado en Suecia.
La próxima misión a Marte de la ESA dentro de su proyecto ExoMars no puede volver a tener los problemas que vivimos en directo cuando la sonda Schiaparelli se estrelló hace ya más de un año y medio. Su lanzamiento está previsto que tenga lugar en julio de 2020, con una llegada a Marte casi un año después.
Una fase crítica cuando esté a tiro de Marte será lograr que tanto el rover encargado de la exploración en esta misión como todo el material científico de apoyo desciendan de manera controlada y con éxito. Tras ser incapaces de recoger todos los datos y completar las pruebas en tecnologías de descenso que precisamente la sonda Schiaparelli debía probar, la misión es crítica.
El paracaídas probado es el más grande que se ha usado nunca en Marte, y forma parte de un sistema de varios elementos y tecnologías para un descenso controlado en Marte. En esta primera prueba se ha testado el paracaídas número dos, de 35 metros de diámetro y sujeto con 112 elementos (5 km de cordaje en total), con condiciones de temperatura bajo cero y a 1200 metros de altura con ayuda de un helicóptero. La prueba ha tenido lugar en Suecia, y en breve le seguirá una segunda a 30 km de altura para poner a prueba el sistema doble en condiciones de presión atmosférica también más parecidas a las de Marte.
La plataforma de prueba, con un peso de 500 kg (la de la misión será de 2000 kg aproximadamente), tardó poco más de dos minutos y medio en lograr aterrizar de manera segura y exitosa.
A continuación el vídeo donde, gracias a cámaras de primera persona sobre el equipo de prueba, podemos apreciar el momento del aterrizaje en todo su esplendor.
Una vez que el rover logre tocar suelo marciano sin incidentes no planificados, su misión principal será perforar la superficie del planeta rojo para recoger muestras que ayuden a determinar si la vida en Marte ha sido o es una realidad al cobijo de las radiaciones cada vez mayores y que supondrán un reto para cuando el hombre llegue a su superficie.