Este año vivimos un antes y un después en la historia del feminismo, con millones de mujeres saliendo a las calles de muchos países a pedir un mundo más justo y con menos machismo.
En algunos países queda mucho más trabajo por hacer que en otros. Es el caso de China, un lugar donde la industria tecnológica ofrece puestos de trabajo a "mujeres bonitas y talentosas para que les ayuden a crear un ambiente de trabajo divertido".
Startups en el país se encargan de reclutar a estas trabajadoras, que tienen como fin hablar y tranquilizar a unos programadores muy estresados. The New York Times ha podido hablar con Shen Yue, una chica que tiene este oficio.
Ella fue contratada en Chainfin.com, una compañía de finanzas, en el mes de octubre. No ha querido revelar su salario al New York Times, pero el medio estadounidense asegura que ronda los 950 dólares al mes.
Shen trabaja como "motivadora de programadores", un puesto que es una mezcla entre psicólogas y animadoras. Muchos de estos programadores tienen cero vida social, y acuden a estas chicas para relacionarse:
"Todos necesitamos a alguien con quien hablar y para organizar actividades que ayuden a aliviar la presión".
Son declaraciones de la propia Shen, una chica de 25 años que tiene una título universitario de ingeniera civil. Ella vive en un país que está pasando por una transición muy llamativa.
Por un lado, en China nos encontramos a muchas mujeres "multimillonarias" que ocupan puestos importantes en diferentes startups. Pero, desgraciadamente, los hombres siguen dominando claramente en una cultura que ha conseguido levantar gigantes que están plantando cara a las empresas de Silicon Valley.
Muchas empresas intentan combatir esta desigualdad y la falta de herramientas sociales contratando a estas "animadoras". El responsable de recursos humanos de una compañía china asegura que sus trabajadores son terribles socializando y la presencia de estas chicas ha incrementado su eficiencia y motivación.
Mr. Feng, uno de los programadores de la compañía en la que trabaja Shen, asegura que ella ha mejorado el ambiente de trabajo organizando fiestas de cumpleaños y haciendo que los trabajadores se mantengan activos con juegos como el clásico "tirar de la cuerda" o las carreras de sacos.
Cuando le preguntan sobre la idea de tener motivadores masculinos, Feng parece no estar muy convencido con esta idea:
"Un hombre hablando con otro hombre, es como tener una cita con un chico. Un poco incómodo, ¿no?"
Por si fuera poco, Shen no considera que su trabajo sea sexista y carga directamente contra el feminismo:
"Muchas ideas feministas actuales son muy extremas. Creo que las mujeres deben ser independientes, autosuficientes y tener respeto consigo mismas. Y eso es suficiente".
Suena a una especie de parche (muy criticable) para solucionar un problema mayor: la falta de diversidad en las empresas chinas y una sociedad enfocada a la máxima completamente al trabajo.