Las acciones de Spotify se conviertieron ayer en públicas, de manera que cualquiera puede obtener su acción del gigante del streaming musical. Pero la salida a bolsa de Spotify no estaba exenta de preocupaciones, ya que, como explicamos en TreceBits, no se trataba de una incursión normal en el mercado de valores.
La salida de Spotify a bolsa ha tenido un buen impacto comercial a pesar de las dudas alrededor de la operación
A pesar de estos temores, ha sido un éxito. Las acciones salieron a un precio fijado de antemano de 132 dólares, y hoy han cerrado con un valor de 149.60 dólares, lo que supone un incremento del 12% en un día. En términos absolutos, Spotify tiene ahora un valor de 26.600 millones de dólares.
La salida a bolsa de Spotify ha tomado la forma de "listado directo", en la que no se buscan nuevos inversores. Simplemente, la empresa vende directamente sus acciones a aquellos que las quieran a un precio fijado de antemano.
Este tipo de operación hace que la empresa sueca sea la mayor compañía -en términos financieros- en salir a bolsa bajo estos términos, ya que, el listado directo, se ve normalmente en compañías más pequeñas.
El objetivo, por tanto, no era conseguir nuevos inversores, sino algo de liquidez, ya que las cuentas de la empresa no han sido tan fluidas como le gustaría a su CEO.
Esto se debe a que gran parte de los ingresos que recibe Spotify -ya sea a través de sus 70 millones de suscriptores de pago, o de la publicidad que escuchan los más de 90 millones de usuarios de la versión gratuita- se destinan a pagar a todos los eslabones del mundo de la música. Artistas, discográficas, productores…
Por lo tanto, a pesar del éxito de la salida a bolsa de Spotify, y de la inyección de liquidez tan necesaria que ha aportado, es evidente que la compañía sueca debe pensar en otras formas de aumentar sus beneficios.
