El Tribunal de Justicia de la Unión Europea determinó en 2014, que los usuarios europeos podían solicitar a los buscadores, que eliminaran su nombre de los resultados de búsquedas en algunas circunstancias especiales, si es que se vulneraba sus derechos de privacidad.
A raíz de esto, Google diseño un formulario para que los usuarios pudieran hacer sus solicitudes, prometiendo lo siguiente:
Google buscará un equilibrio entre los derechos de privacidad de los usuarios y el derecho del público a conocer y distribuir información.
Siguiendo esta dinámica, un ingeniero solicitó la eliminación de noticias y otro contenido indexado en el buscador, que hacía referencia a una condena que había cumplido hacía diez años. Y luego de todo el proceso que realiza Google, denegó la petición.
Sin embargo, Google debe cambiar la postura, ya que en una nueva demanda, en un tribunal del Reino Unido, un juez falló a favor del empresario, señalando que la información en cuestión se ha vuelto obsoleta e irrelevante.
Para llegar a esa resolución, el juez Mark Warby tuvo en cuenta la cantidad de tiempo que había pasado de la condena, la gravedad del delito y la actitud del demandante, que según manifestó, mostraba arrepentimiento.
Esto lo ha convertido en un fallo histórico, que abrirá las puertas a una serie de debates sobre los criterios que se evalúan para dar curso a la ley de "derecho al olvido".