En el trabajo del espía va implícito el trabajo de otros espías. Los que buscarán la manera de seguirlos para encontrarlos tanto a ellos como a sus fuentes en territorio extranjero. Una labor de vigilancia de la que ahora se ocupa la tecnología con tanto éxito que el seguimiento físico ya no es necesario según la CIA.
Dawn Meyerriecks, subdirectora de la división de ciencia y tecnología de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, lo reconoció en una conferencia realizada en el simposio GEOINT 2018 organizado por la Fundación de Inteligencia Geoespacial de Estados Unidos. Y puso un ejemplo a la CNN: "Singapur lo ha estado haciendo durante años".
La vigilancia digital, que incluye tanto circuitos cerrados de televisión como la infraestructura inalámbrica, es tan buena en una treintena de países que el seguimiento físico ya no es necesario, asegura la subdirectora de la agencia. Pero ellos están espiando de vuelta.
Desde hace meses la CIA se encuentra llevando a cabo cerca de 140 proyectos relacionados con la inteligencia artificial. Uno de ellos, contó la responsable, "tomó un montón de vistas aéreas y de la calle sin clasificar" para ser combinadas con algoritmos de aprendizaje automático y de inteligencia artificial.
El objetivo era crear "un mapa de cámaras en una de las grandes capitales a las que no tenemos fácil acceso", explicó Meyerriecks. Gracias a él sus agentes podían tratar de averiguar dónde pueden estar siendo vigilados por una cámara y cómo pueden evitarla para escapar de ese Gran Hermano global.
Además de las cámaras, en las que puso especial énfasis, la subdirectora de la CIA también habló de los desafíos que representan el rastreo digital en teléfonos móviles y las redes sociales, recordando los problemas de seguridad nacional que pudo haber provocado la aplicación deportiva Strava en instalaciones del país.
Es por estos peligros que, según Meyerriecks, los funcionarios de la CIA están teniendo que vivir sus tapaderas todavía más, incluso para engañar a sus dispositivos. Los agentes podrían falsear su ubicación, dejar sus teléfonos en sitios concretos intencionadamente o crear falsos patrones. Por ejemplo, la geolocalización permanente podría decir que "fuiste a ver una película con tu familia... pero tal vez no es ahí donde realmente estás", explicó la subdirectora.