Moto G6, primeras impresiones: un modo retrato resultón en joroba de siempre, pero con diseño actualizado
Tras el habitual rumore, rumore, lo de Motorola (y Lenovo) nos han presentado a la nueva generación de terminales Moto que de nuevo buscan encajar en tres perfiles distintos de usuario dentro de la gama media. El que hemos tenido oportunidad de probar bien ha sido a su vez la opción intermedia, ya que hemos tenido una toma de contacto con el Moto G6, el que es el hermano mediano del Moto G6 Play y el Moto G6 Plus.
El smartphone se presenta como la opción para quien busca un móvil de 5,7 pulgadas con un hardware competente sin ser lo más potente, pero que no quede corto para las tareas más habituales y que no se tenga que renunciar al Turbocharge o el modo retrato. Sin algunas de las particularidades que ofrece su hermano mayor y con un diseño y una doble cámara de los que no dispone el pequeño, el Moto G6 quiere competir en el arduo sector de la gama media, veamos qué es lo que ofrece.
Lo que nos llamó más la atención en un primer momento son los acabados de este Moto G6, que presenta un frontal muy familiar con el prominentes y tradicionales altavoz frontal pero la trasera toma las curvas y el cristal que están ahora tan de moda sobre todo en la alta gama. Es el G6 Play el único que conserva el plástico (que por cierto es bastante imán de huellas), de hecho.
Los materiales transmiten calidad y resistencia, conformando un terminal bien acabado que no exige una excesiva precaución a la hora de apoyarlo o guardarlo en el bolsillo ni siquiera por la considerable protuberancia (también tradicional) de las cámaras, que quedan a la altura habitual de los Moto sobre el logo de la casa. En el borde lateral los botones de encendido/bloqueo (con relieve rugoso) y de volumen y en el inferior el jack de audio y [redoble] el USB tipo-C.
Así, el G6 recuerda bastante en sensaciones al tacto y agarre a terminales que dibujan una curva en los laterales de la trasera hacia el borde como el Honor 9 o incluso los Galaxy S, siendo cómodo y no muy pesado (sin ser tan delgado como el Moto Z2 Force y quizás ganando en ergonomía en ese sentido).
El lector de huellas está en la parte frontal, asentándose entre el borde y el logo y haciendo que no tengamos aquí un aprovechamiento del frontal tan llamativo como otros terminales cuya pantalla devora milímetros dibujando notch o no (y dejando pasar una buena oportunidad, como en el caso de lo Huawei también con el logo frontal), pero quedando algo mejor que algunos de sus predecesores como ese Moto Z2 Force que ya mencionábamos. No obstante, en este sentido queda bastante bien a nivel estético y el lector de huellas de nuevo ofrece la posibilidad de ser el timón para la navegación por el sistema como hemos visto anteriormente.
Y hablando del lector de huellas, comentar que éste funciona muy bien, no siendo demasiado exigente a la hora de colocar la huella dactilar (algo que se agradece al ser bastante alargado, de modo que no sería cómodo posar la huella cubriéndolo todo cada vez), tanto a nivel de lectura e identificación como para la navegación por el sistema. Aquí nada nuevo con respecto a las opciones que nos ha dado el software de Motorola en este sentido, dándonos opción de mantener o no vibración en los swipes a derecha (multitarea) e izquierda (atrás) o en el toque para minimizar, manteniéndola en el bloqueo, el desbloqueo y la apertura de Google Assistant.
Además de la lectura de huellas (y los habituales métodos de desbloqueo), el Moto G6 ofrece desbloqueo por reconocimiento facial. Funciona bastante bien incluso cuando la luz escasea (dentro de un vehículo), costándole un poco más si nos ponemos gafas (y nos leyó la cara sin ellas) pero funcionando igualmente. Eso sí, la pantalla tendrá que estar activada para ello, como en el OnePlus 5T, a diferencia de la lectura de huellas, no siendo suficiente con la activación de la Moto Display.
Quizás no pueda presumir de frontal "sin marcos", pero sí de una pantalla algo más protagonista como hemos comentado. Pantalla IPS de 5,7 pulgadas con resolución FullHD+, que da una experiencia satisfactoria a nivel de detalle, colores y contraste.
De hecho, hay algo de personalización en cuanto a la viveza de los colores y la temperatura de pantalla, lo cual siempre agradecemos si además lo proporcionan de una manera intuitiva y práctica como es el caso. Algo más escuetas la opciones que en capas como la de Sony o la de Huawei, pero al menos podemos elegir entre tres temperaturas de los blancos y el matiz de color (aunque no hay demasiada diferencia entre la configuración estándar y la "vibrante").
No tenemos dato de brillo máximo en nits, pero por lo que hemos probado podemos decir que la visualización es buena en cualquier ambiente, incluso bajo el intenso y directo sol de medio día. El ajuste automático reacciona bien y con rapidez (algo que es menos habitual de lo que parece y menos cuando el software es aún nuevo) en todos los cambios de ambiente.
Motorola, por cierto, se ha subido también al tren del ratio 18:9 (con los tres G6) buscando sobre todo que la experiencia en visualización de contenido multimedia y redes sociales sea la mejor. A este respecto nada que no hayamos visto en terminales que ya presentaban esta proporción en cuanto a la distribución del contenido, y en cuanto a la visualización de todo tipo de contenidos en el terminal buena experiencia en general, sea vídeo, apps de tipo timeline, el navegador o videojuegos.
Bien también en cuanto a audio, aunque no tenemos sonido en estéreo. La calidad del audio es aceptable si tiramos de altavoz, aunque quedándonos hasta el 70% del volumen aproximadamente ya que si pasamos ese nivel ésta empieza a perderse más drásticamente.
De potencia va bastante bien, tanto a nivel de tonos como de la reproducción, sonando con bastante intensidad. Así, en general la experiencia multimedia es satisfactoria, tanto por la pantalla como por el audio (el cual siempre mejora con auriculares, como es el caso).
Algo que tienen claro en la casa a nivel de software es que no quieren caer en capas adicionales pesadas tanto a nivel de estética como de apps. La idea, según nos comentó el equipo de Motorola, es que haya un mínimo de personalización que sea útil pero no invasivo, y buscando ese equilibrio están las apps de Motorola sobre un Android Oreo 8.0 sin maquillar ni disfrazar.
Parte de esto ya lo hemos mencionado al hablar de la posibilidad de usar el lector de huellas para la navegación, pero hay otros añadidos (también ya conocidos) como los gestos para activar la cámara o no molestar y las posibilidades de Moto Display (notificaciones en pantalla de bloqueo, activación de la pantalla por aproximación o lectura, etc.). Y la experiencia con todo ello es satisfactoria, siendo bastante sensible a los gestos y toques y reaccionando siempre sin lags.
En general el terminal va bastante bien y mueve el software con relativa fluidez (la esperada para su hardware y la casi absoluta ausencia de software añadido). La multitarea se abre sin problemas o enganchones así como la doble pantalla, experimentando sólo algún parón si ejecutamos varias apps exigentes a la vez y/o en la app de cámara, tanto al abrirla como al intentar cambiar de sección en la interfaz.
En cuanto a las tareas exigentes como los videojuegos hay un poco de lag en la carga (que suele ser a veces casi o tan exigente como el propio juego a nivel de elementos gráficos), pero nada molesto o sorprendente teniendo en cuenta los componentes. Sí hay algo de calentamiento en la zona izquierda inferior cuando estamos un rato jugando, pero de nuevo no es nada llamativo (el interior queda en torno a los 39-41 grados centígrados según la app CPU-Z) ni nos "quema".
Hemos podido realizar algunas pruebas de rendimiento, así que os dejamos los resultados para quienes tengáis interés en los benchmarks:
De la batería aún no podemos hablar de manera determinante porque eso requiere más días con un terminal, pero los 3.000 miliamperios/hora del Moto G6 dan de sí bastante bien para una jornada de uso relativamente intenso. Probablemente una carga no dé para acabar el día si tiramos de conexión de datos y hacemos un uso intenso con muchas horas de pantalla, pero la resolución de la pantalla, el buen trabajo del ajuste de brillo automático y las opciones de optimización del consumo pueden ayudar a que la autonomía quede en torno a las 20-22 horas (más si el uso es menos intenso) con unas 5 horas de pantalla.
La cámara es un pilar importante en los móviles, pero también puede ser la clave de la diferenciación (y del reclamo) en la gama media sobre todo cuando los precios no logran serlo. El Xiaomi Mi A1 dio el golpe en la mesa el año pasado y puede que aún sea uno de los importantes rivales a batir, con un modo retrato que dentro de lo posible sorprendió a nivel de calidad.
Modo retrato que también vemos en el Moto G6 como una de las secciones extra de la app de fotografía, la cual es de la casa (no la de Android stock) y está actualizada con respecto a la versión que hemos visto en modelos anteriores. Además de este modo cuenta con un disparo por capas (pudiendo jugar con la profundidad y la mezcla de color y blanco y negro), HDR y modo manual, con estabilizador opcional para vídeo (activado por defecto).
Afortunadamente hemos podido probar la cámara bastante, aunque siempre la veremos más en profundidad en el análisis completo del terminal. No obstante, podemos ya comentar algunos aspectos del rendimiento de esta doble cámara.
En exteriores con buena luz las cámaras se portan bien, tanto a nivel de detalle como de color (aunque el HDR a veces sobresatura). Hay cierto exceso de contraste que se nota cuando la escena tiene distintos matices a nivel de luz y colores (sobre todo en contraluces), pero en general salva bastante bien las escenas de día teniendo en cuenta las características.
El HDR no es demasiado agresivo pero no siempre se activa cuando es necesario (si lo ponemos en automático), y cuando lo hacemos manualmente no siempre tenemos el resultado que esperamos sobre todo a la hora de salvar cielos quemados tanto en la trasera como en la frontal. Puede ser no obstante un buen aliado en interiores, pero no en nocturnas en exteriores (ahí mejor tirar de modo manual e intentar reducir ruido y ajustar exposición).
El modo retrato es algo exigente en cuanto a distancia (nos lo indicará con una advertencia en la pantalla, también si no hay suficiente iluminación), aunque puede que incluso advirtiéndonos acabe disparando y aplicando el efecto. En general siempre nos dará bordes poco definidos, pero no son borrones muy evidentes en los casos en los que hay un contraste más marcado entre el elemento principal y el fondo y salvo condiciones más difíciles (interiores, contraluces) salva la escena bastante bien tratándose del caso, incluso con el objeto en movimiento.
La cámara frontal no dispone de modo retrato, pero sí de HDR y un modo manual bastante completo (con ajuste de ISO, velocidad de obturación, balance de blancos y exposición) y el aparentemente obligatorio ajuste de "belleza", pudiendo configurarlo automática o gradualmente. El HDR no nos salva los cielos pero define un poco mejor los contornos en interiores y contraluces sin dejar un resultado demasiado contrastado, y salvo de noche y en situaciones de poca luz (donde ya hay mucho ruido y pérdida de detalle) da un resultado aceptable.
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Las horas que hemos pasado con el Moto G6 nos dejan un buen sabor de boca, aunque como decíamos antes la batalla en la gama media está bastante reñida sobre todo ahora con los terminales con Android One, habiendo más opciones de tener una experiencia "Android Puro". El terminal es cómodo, versátil y en general da una buena experiencia de uso, salvo por esos puntuales lags que tenemos en ocasiones.