Si los usuarios pensaban que tras la entrada en vigor de la GDPR, el bombardeo de ventanas emergentes con avisos en las páginas web sería cosa del pasado, estaban algo equivocados. No solo porque muchos sitios web se están sumando a la moda de enviar notificaciones con cada nuevo artículo que publican -y que se puede revocar así– sino porque el servicio de cookies debe ser avisado siempre.
Las cookies recogen pequeños datos sobre la navegación del usuario para hacerla más individualizada, pero pueden eliminarse
Eso implica que, al entrar en un sitio web por primera vez, la navegación se entorpece hasta que no aceptemos el uso de cookies. Un término muy extendido que a la vez aún resulta un poco difuso. ¿Para qué sirven exactamente las cookies?
Las cookies no son más que archivos que los sitios web recopilan con datos de la actividad del usuario: desde dónde se conecta, a qué hora, qué dispositivo tiene, etcétera. La idea es, una vez, más, ofrecer una navegación lo más personalizada posible.
No obstante, los usuarios pueden mostrarse reticentes a que se almacene cualquier tipo de información sobre ellos. Es verdad que algunas de ellas, las llamadas "zombie cookies", pueden resultar una amenaza para la privacidad, precisamente porque se almacenan en el dispositivo y no en el navegador, y se regeneran aunque se eliminen.
Normalmente, sin embargo, las cookies no son más que un pequeño archivo que hace nuestro paso por una página web algo más rápido y accesible.
No está de más aprender a controlar bajo qué términos y condiciones se guardan nuestros datos, así como con qué finalidad. Algunas páginas web incorporan un desglose detallado de las cookies que recogen (su duración, finalidad, el navegador…) pero la mayoría no lo hace, así que el usuario no tiene forma de saber de dónde puede eliminarlas.
Pero siempre podemos recurrir a algunas extensiones que cumplen este servicio. Para Google Chrome, por ejemplo, el usuario puede acceder a Vanilla Cookie Manager o Edit This Cookie. Ambas son gratuitas y su desempeño es parecido: generan una lista con todas las páginas web a las que hemos permitido, alguna vez, generar cookies a partir de nuestra navegación. Se pueden eliminar, editar o bloquear desde el propio navegador. Para Firefox encontramos nuevas extensiones, como Cookies Manager+.
En cuanto a Safari, la cosa cambia un poco: el navegador permite gestionar las cookies directamente desde el panel de Preferencias, para que el usuario decida si las acepta todas, las bloquea, o puede continuar preguntando al usuario.
Entrando en Privacidad y a continuación en "gestión de sitios web", se generará un listado -bastante más largo de lo que el usuario podría llegar a pensar- con todos los sitios que almacenan información. Eliminar o no será decisión propia, pero es importante conocer desde dónde se estudia nuestro comportamiento en Internet.