La fragmentación es posiblemente el principal problema de Android en la actualidad. Un problema que afecta de forma directa a la seguridad de los teléfonos. Ya que hay modelos que reciben sus actualizaciones de seguridad con gran velocidad, pero otros no. Por eso, Google lleva tiempo trabajando en distintas soluciones como Treble o Android One. Dos proyectos que son un paso de importancia.
Aunque el hecho de que cada fabricante adapte el sistema operativo a su manera, provoca que los parches de seguridad y otras actualizaciones de seguridad no se pongan a disposición de los usuarios con la suficiente rapidez. O en algunos casos ni siquiera se implementan. Esto es algo que Google quiere cambiar.
Ha sido en este Google I/O en el que Google ha comentado que quieren que Android P suponga un punto de inflexión para la empresa en este sentido. Es el momento de dejar este problema atrás. Con motivo de esto, se anunció ayer una medida de importancia por parte de la firma americana. Una noticia que afecta a todos los usuarios de Android.
Ya que para obtener el compromiso de los fabricantes de teléfonos, se va a obligar a estos a que firmen un contrato con la empresa. Este contrato será el medio por el que se comprometen a ofrecer los parches de seguridad que Android ofrece de forma periódica contra amenazas.
Aunque no sólo este compromiso es una parte importante. Porque Google también va a hacer más sencillo aplicar estas actualizaciones a los fabricantes. Un paso que puede jugar también un papel clave. De esta manera, la cantidad de teléfonos Android que hay protegidos aumentará de forma notable. Esto es lo que Google dice, y que así esperan vaya a ser.
Los principales fabricantes aplican estos parches de seguridad con frecuencia y al ritmo esperado. Pero hay marcas que son más pequeñas y tardan mucho o directamente no los ofrece. Especialmente en estos casos es en los que Google quiere actuar y evitar que ocurra. Veremos si estas nuevas medidas por parte de la empresa son de ayuda.
