Apple presentó allá por 2007 el iPhone original, que generó muchas reacciones en el mercado. Samsung vio que había potencial en este dispositivo, por lo que se inspiraron de forma notable en el mismo para crear su Galaxy S. Aunque no fue el único dispositivo que se se parecía, porque también la Galaxy Tab se parecía mucho al iPad en cuanto a diseño.
Por eso, Apple tomó la decisión de llevar a Samsung a los tribunales. Se les acusaba de haber infringido diversas patentes relacionadas con sus dispositivos. Un proceso judicial que ha durado bastante, pero del que ya tenemos el fallo del jurado. La empresa coreana debe pagar.
Y va a tener que pagar mucho. Porque ha sido condenada a pagar 539 millones de dólares a Apple por haber copiado su propiedad intelectual. Una cantidad que se suma a los 399 millones de dólares que Samsung ya ha pagado a la empresa de Cupertino en estos siete años de juicio.
Por lo que en este proceso entero, la empresa coreana ha tenido que pagar casi 1.000 millones de dólares en total. Sobre todo han sido las patentes lo que el jurado han valorado con mayor importancia. Porque 533 millones pertenecen al uso indebido de estas patentes, los otros 6 son para usabilidad.
Samsung se ha mostrado en desacuerdo con este veredicto. Afirman que la decisión afecta a la libertad de las empresas a la hora de diseñar, porque se han patentado conceptos muy generales o poco concretos como “retícula de iconos de colores” o “elemento rectangular con esquinas redondeadas”.
La empresa coreana cambió hace años su estilo de diseño, por lo que en la actualidad no tendrán problemas legales de este sentido. No se sabe si Samsung va a recurrir esta sentencia, o si finalmente pagarán para poner fin a este capítulo que dura ya siete años. Habrá que esperar a alguna reacción más extensa de la firma.
