El culebrón en el que se ve envuelto Facebook desde hace meses, tras conocerse que los datos personales de más de 70 millones de usuarios de la red social en todo el mundo habían quedado comprometidos, está lejos de finalizar.
Aunque el revuelo mediático es menor que el experimentado en el mes de marzo y abril, lo cierto es que continúan llegando informaciones que demuestran que la brecha de seguridad generada pudo tener consecuencias mayores de las que se conocen hasta ahora.
Los datos personales de 70 millones de usuarios de Facebook quedaron al descubierto
Por ejemplo, un miembro del parlamento británico, Damian Collins, del partido conservador, quien está llevando a cabo una investigación sobre la desinformación online, ha asegurado hoy a la CNN que según una investigación llevada a cabo por la máxima autoridad británica en materia de protección de datos (la Information Commissioner's Office), se ha podido probar el acceso a los datos de decenas de millones de usuarios desde Rusia.
Los datos, recopilados por el profesor Aleksandr Kogan, quien trabajaba para Cambridge Analytica, a través de la creación de una aplicación que realizaba un "perfil personal" de los usuarios, fueron consultados desde Rusia, así como desde otros países, según ha señalado Collins.
Kogan, al tiempo de trabajar para Cambridge Analytica, también era profesor en la Universidad de San Petesburgo, en Rusia, por lo que viajaba frecuentemente allí. Sin embargo, él asegura que nunca accedió a los datos recopilados.
Tras el anuncio realizado por el diputado británico, Kogan ha señalado que quizá fue otra persona la que utilizó su ordenador para tener acceso a la información, aunque no era consciente de ninguna exposición de los datos durante sus visitas al país. También ha reconocido que quizá simplemente desde Rusia alguien aprendió a acceder a los datos recopilados por Cambridge Analytica, pero que él no tuvo constancia de ello.
Sea como sea, lo que no se sabe es a qué datos exactamente se tuvo acceso ni qué uso se le dio a esa información. De todas maneras, esto tampoco prueba la implicación de una institución rusa en el asunto.
En realidad, podría ser que algún otro empleado de Cambridge Analytica hubiera accedido a la información estando en el país. Lo único que demuestra es que sí hubo acceso a datos, desde ese territorio, aunque se desconoce la finalidad última.