En estas fechas, muchos aficionados al ciclismo toman el control al estilo 'PC Fútbol' para recrear las carreras ciclistas. El ciclismo, ese deporte tan practicado y ninguneado a partes iguales, cada mes de Junio cuenta con una nueva edición de su videojuego más popular -y también muy en la sombra, como si quisiese parecerse en todo al ciclismo- desde principios de siglo. 'Pro Cycling Manager', único en su especie, simula en tiempo real las carreras de toda la temporada ciclista así como la gestión deportiva de los equipos profesionales. Y cada vez lo hace mejor.
Calma, yo también soy aficionado y también lo practico, quizá como tú. Si a estas alturas te gusta el ciclismo y no conoces Pro Cycling Manager, algo falla. Salgo con la bici, voy a una clase de 'ciclo indoor', sigo una carrera como la Vuelta a España y juego 'PCM' en mi PC. Todo esto es compatible. Es más, como no podía ser de otra manera, las nuevas generaciones irrumpen con la misma fuerza en el golpe de pedal que en el click al ratón.
Así que no es de extrañar que a estas alturas, un deporte tan grande, sacie las ganas de diversión de sus fieles. Un must have para todo seguidor del ciclismo. Y es que este videojuego rinde pleitesía al ciclismo profesional convenciendo a milenials, veteranos, directores y ciclistas como Edward Theuns o Sep Vanmarcke, entre otros. Porque a pesar de la evidente distancia con la realidad, las tácticas en este videojuego tienen bastante que ver con las que emplean los equipos en competición. Veámos si es para tanto.
¿O debería decir de la pantalla a la carretera? Es obvio que hay un punto en común entre lo que se cuece en competición y lo que me exige el videojuego para lograr el éxito. Para empezar, el apartado de gestión es sin duda el más sólido, sobre el que se asienta su poderoso gameplay cuando voy al 3D a disputar una etapa. Así que si paso por el despacho desde el modo de juego más profundo, el modo 'Carrera Profesional', tengo que cumplir con los patrocinadores, mejorar el equipamiento (cascos, ruedas...), planificar los entrenamientos, enviar a los ciclistas a las concentraciones, o contratar médicos y ojeadores.
Sin llegar a profundizar en exceso como el famoso título de balompié 'Football Manager', quedo satisfecho con este apartado, ese que además funciona como base de datos, puesto que la lista de equipos,ciclistas y carreras en cada edición roza el 90% respecto al total en la realidad. Y recuerda, permanentemente ampliable añadiendo contenido que crea la comunidad de usuarios en foros y en la Steam Workshop.
En este apartado de gestión, el juego logra un notable al instante. Mantiene lo esencial y me pone en la piel del director general del equipo, con decisiones delicadas que se verán reflejadas en la carretera y que serán cruciales, pudiendo alcanzar la gloria gracias a esa concentración en los Alpes suizos a la que envié al líder de mi equipo, o por el contrario, dejarle fuera de los primeros puestos en su objetivo de la temporada porque acude fatigado con muchos días de competición.
Para el sobresaliente, echo en falta la calidez que otorgaría la posibilidad de hacer ruedas de prensa, redes sociales, contratos publicitarios y de patrocinio, merchandising, poder interactuar con empleados y ciclistas, menús más dinámicos, bicicletas, maillots y equipamientos de forma visual...Así como una interfaz más alegre y trabajada. En definitiva, que de algún modo me sumerja más en la sede de un equipo, allí donde los directores y gerentes se afanan por cumplir objetivos. ¿He dicho directores?.
En este vídeo vemos como el periodista de Televisión Española le pregunta a 'Chente' a falta de 20 km. para la meta acerca de la estrategia que estaban llevando. Ese día los equipos rivales estaban poniendo contra las cuerdas a su hombre fuerte y líder de la carrera, Nairo Quintana. De algún modo, se esperaba que los Movistar movieran ficha. La frase, ya mítica, causó el revuelo de los aficionados en las redes sociales. Y es que sus palabras dejaban entrever que el desempeño en el videojuego se parece a las decisiones que toman los mandamases del pelotón. "Tienes que andar improvisando, no es el Cycling Manager, donde todo es perfecto, la táctica es perfecta..." prosiguió García Acosta. ¿Perfecto o imperfecto?.
El éxito de PCM radica en su fórmula clave, la suma de sus dos ingredientes más importantes: Ciclistas con sus características en base a su rendimiento en la realidad y la fidelidad en los recorridos. Además, cada ciclista sufre cambios en sus stats por varias razones lógicas (su estado de forma, el clima, si hoy corre en su país, si es su carrera favorita...). De modo que la mezcla de estas variables da tanto resultados lo suficientemente diversos como para hacer cada carrera impredecible, como resultados plausibles si los comparo con las clasificaciones reales.
Las decisiones más arriesgadas o más conservadoras son cruciales como lo son en la realidad, tanto en la planificación previa en los despachos como en carrera. En ocasiones, como fiel seguidor de la saga, tengo la idea loca de pensar que mi más duro rival quizá ha pasado por las manos de un intrépido doctor, porque no me explico como logra tal rendimiento. O veo como mi estrella y los gregarios salen pienos di forza en un día inspirado. Con estas variaciones, y teniendo en cuenta que en este deporte se compite en equipo por un bien individual, me veo obligado a cambiar por completo mis planes durante la disputa de una carrera. Este apartado, sin duda, es el punto fuerte del título y lo que mantiene a sus seguidores enganchados, ya que convierte cada día de competición en un nuevo reto.
Y no, no todo sale perfecto y a nuestro antojo como dijo 'Chente', lo que sucede es que aquí podemos ver las fuerzas que le quedan a nuestros ciclistas, y en la vida real se quejan, sufren, eres incapaz de dar todas las órdenes que te gustarían o vaya usted a saber. El ciclista es vulnerable también en el videojuego, y eso queda bien reflejado. Como en el ciclismo.
Pero, ¿es tan real como para que los profesionales jueguen PCM? Evidentemente no estamos ante un simulador de conducción en el que el piloto de Fórmula 1 se pone a los mandos antes de un Gran Premio para reconocer el circuito. Ni siquiera es un simulador tipo Bkool o Zwift que se vincule con el rodillo para tu bicicleta y te veas subiendo Alpe D'Huez en el salón de casa. Algunos ciclistas jugarán PCM para entretenerse o para ganar lo que no logran en la realidad, y tendrán otros medios para reconocer recorridos o para saber cómo rendir. Pero a buen seguro que los jóvenes que están apareciendo en el profesionalismo han crecido jugando 'PCM' y enredando con las tácticas.
Su fuerza está en eso, en la táctica, y tiene el beneplácito y el respeto de los que están dentro del ciclismo porque acierta en lo esencial, y todo a base de teclado y ratón. Acierta al incluir aspectos que suman y al evitar aquellos que puedan echar al traste esa sensación de estar ante una carrera ciclista.
¿Se puede seguir sumando? Sí, y sin costosos esfuerzos. La escala 1:10, donde diez kilómetros virtuales corresponden a uno real, es acertada. Sin embargo, poder congelar la carrera siempre que quiero para tomar decisiones me da una ventaja que resta realismo y diversión. Con un sistema de ralentizaciones limitadas tipo 'slow motion' en momentos decisivos, en los cuales la escala sea una dificultad insalvable, la simulación ganaría enteros. Reseñar que en el modo multijugador esto no se puede hacer, modo que está en alza en las últimas ediciones de la saga.
Otro aspecto a revisar son los recorridos que tienen circuito en una ciudad. En ellos, cuando la cabeza de carrera comienza a doblar ciclistas descolgados, se produce una confusión feísima, y no se distingue quienes van en punta y quienes van sin opciones. Quizá se podría solucionar convirtiendo en 'ciclistas fantasma' a aquellos que no queramos en pantalla en ese momento.
¡Y poco más! Cada año los desarrolladores revisan la IA, se fijan en carreras actuales, y tratan de llevar las tendencias del pelotón a la pantalla. Por ejemplo, en esta nueva edición 2018, se forman escapadas de más de veinte ciclistas en etapas de montaña, como en la realidad. Saben que con matemáticas y dejando espacio a la poesía de los recorridos y los paisajes contentan al fiel amante del ciclismo.
Las múltiples cámaras y la libertad de moverla a nuestro antojo, la variedad de escenarios y las mejoras en las animaciones, son suficientes como para creernos este ciclismo. Sin alardes técnicos para que se pueda jugar en el mayor número de equipos, se le perdona que no luzca unos detalles a la altura de los famosos títulos deportivos. No hay coches de equipo ni siento estar dentro de la caravana ciclista, con radio vuelta friéndome el oído y los papeles en el salpicadero. Tampoco hay unas pintadas en la calzada de los puertos que parezcan reales, con brocha gorda y no con fuente de letra tipo Comic Sans, pero mejor una suma bien hecha que trigonometría artificial, como en su hermano en consolas, el juego Tour de Francia, dónde el ciclista sale rebotado si te chocas con una valla, como en un pinball.