Ya está lista la «súper uva» del mundo de las uvas: resiste las plagas sin apenas pesticidas y no ha sido alterada genéticamente
El debate acerca de la utilización de pesticidas en la agricultura lleva muchos años sobre la mesa. Décadas incluso. Por un lado contribuyen a que la producción a gran escala sea posible, lo que provoca que los alimentos sean más económicos y estén disponibles para más personas. Pero el reverso de la moneda es que parece razonable sospechar que algunos de ellos podrían tener un impacto negativo en nuestra salud. Y, además, algunos estudios defienden que en gran medida pueden ser responsables de la muerte de las abejas que se encargan de la polinización.
Sea como fuere, encontrar alternativas a los pesticidas, a priori, parece una idea atractiva. Esto es, precisamente, lo que han hecho unos científicos franceses en el mundo de las uvas: han creado una «súper uva» que es capaz de resistir la mayor parte de las plagas y agentes que atacan estos cultivos. Y, por esta razón, requiere que se utilicen muchos menos pesticidas que con otras variedades de uva. A priori, como veis, no pinta pero que nada mal.
Dejando a un lado el debate acerca de la manipulación genética de determinados alimentos, que, por otro lado, es una práctica que muchos científicos defienden por sus beneficios e inocuidad, es interesante apuntar que esta nueva variedad de uva no se ha obtenido mediante manipulación genética expresa, que es la técnica que algunos grupos critican con tanta vehemencia.
Lo que han hecho los científicos que han creado esta «súper uva» ha sido identificar los genes responsables de la resistencia natural de otras variedades de uva (algunas procedentes de los continentes asiático y americano) para combinarlas y promover una nueva variedad que heredase los atributos más atractivos de sus progenitoras. Y, curiosamente, aprovecharon la ocasión para deshacerse de aquellas que son demasiado ácidas o desprendían un olor inapropiado.
Hasta aquí todo pinta bastante bien, pero lo que realmente da sentido a esta nueva variedad es, como os anticipé en las primeras líneas del artículo, su capacidad de resistir las agresiones sin recurrir a pesticidas. Según los científicos del Instituto Francés de Investigación Agronómica, que es la institución que ha llevado a cabo esta innovación, estas nuevas uvas solo requieren la aplicación de pesticidas una o dos veces al año, y no las quince veces exigidas por las variedades tradicionales.
Es evidente que, dadas las circunstancias, aún no han conseguido prescindir completamente de los pesticidas, pero la mejora es importante porque sus datos reflejan que la cantidad de estas sustancias requerida por las nuevas uvas es sensiblemente inferior. Algo es algo. Eso sí, al parecer a estas nuevas uvas les falta algo importante: su sabor deja mucho que desear, por lo que, por el momento, parecen poco propicias para elaborar vino o para el consumo humano al natural. Estos científicos aún tendrán que aplicarse más.