La confianza que tiene LG en la tecnología OLED está fuera de toda duda. Y el tiempo parece estar dándole la razón. De lo contrario muchos de sus competidores en el mercado de los televisores, como Sony, Panasonic o Philips, no habrían decidido seguir sus pasos y desarrollar modelos firmemente afianzados sobre esta tecnología.
Aun así, ser el primero en dar con la clave para conseguir fabricar paneles OLED de gran formato a precios razonables te da una cierta ventaja competitiva, algo que hemos comprobado recientemente bajo la forma de un televisor de última hornada equipado con uno de estos paneles y con un precio muy atractivo, máxime si lo comparamos con lo que cuestan otros productos de prestaciones similares. Bien para nosotros, los usuarios.
Las cifras globales que manejan los analistas vaticinan un futuro muy prometedor para los paneles OLED dentro del ecosistema de los televisores. Según la consultora IHS Technology, durante 2018 se distribuirán globalmente más de 2,7 millones de televisores equipados con un panel OLED. En 2020 esa cifra aumentará hasta rebasar los 5 millones, y en 2024 crecerá hasta rozar los 13 millones. Como veis, las previsiones son bastante prometedoras.
Por supuesto, hay vida mucho más allá de los televisores. Y es que OLED no es una tecnología idónea solo para las teles. Como sabéis, llevamos bastantes años disfrutando smartphones con pantallas que utilizan estos paneles en alguna de sus implementaciones, y también tenemos smartwatches que incorporan pantallas con panel OLED. Y consolas de videojuegos portátiles, entre otras opciones.
Los paneles flexibles tienen un objetivo claro: abrir a la tecnología OLED nuevos escenarios de uso
No obstante, buena parte de los fabricantes ha optado por dar una vuelta de tuerca a esta tecnología con el propósito de desarrollarla para que tenga cabida en nuevos escenarios de uso. Sony, Samsung, HP, Lenovo, Xiaomi y LG son algunos de los fabricantes que han confesado apostar por las pantallas flexibles. Y la mayor parte de ellos, aunque no todos, bajo la forma de paneles OLED.
Eso sí, si nos adentramos en este terreno surgen muchos interrogantes. ¿Realmente necesitamos los usuarios pantallas flexibles? ¿Nos aportarán una experiencia valiosa? ¿Serán duraderas? ¿Cuánto tiempo van a tardar en llegar a las tiendas, más allá de los productos que ya conocemos? El objetivo de este artículo es intentar resolver estas preguntas analizando la información que ya está en nuestro poder, que, afortunadamente, no es poca. Vamos allá.
Lo que realmente diferencia a un panel OLED flexible de otro rígido que emplea la misma tecnología es su sustrato. Este elemento es el material que actúa como soporte estructural de la capa de diodos orgánicos emisores de luz, que son los que realmente conforman el panel OLED. Esta película de diodos debe estar fijada sobre una capa que le confiera rigidez estructural, y este es, precisamente, el rol principal del sustrato.
Los panales OLED rígidos que todos conocemos, los convencionales, recurren a un sustrato de vidrio, pero es evidente que este material es extremadamente rígido, por lo que no sirve si lo que queremos es fabricar un panel flexible. Para resolverlo, los ingenieros se han decantado por utilizar un sustrato de poliamida, que es un tipo sofisticado de plástico.
La clave de la flexibilidad de los paneles OLED reside en su sustrato de poliamida, una clase especial de plástico que les confiere una gran elasticidad y una considerable resistencia
Pero no se trata de una poliamida natural, sino de un polímero sintético que, al parecer, tiene exactamente las características que los ingenieros buscan: una gran flexibilidad, una enorme elasticidad y una considerable resistencia a los impactos. Además, este material puede ser extremadamente fino (por debajo de 0,5 mm), lo que permite curvarlo sin esfuerzo y sin acercarnos a su punto de fractura.
Como veis, sobre el papel son argumentos convincentes, y las propiedades de este sustrato parecen ser las idóneas para fabricar paneles con superficies que se alejan de la planicidad a la que todos estamos acostumbrados. Sin embargo, en este escenario podemos plantearnos varias preguntas importantes. ¿A la larga afectará el estrés mecánico al que los usuarios podemos someter los paneles flexibles a su integridad estructural? ¿Reducirá su vida útil?
Me temo que, por el momento, no podemos responder estas preguntas. Es probable que cualquier fabricante involucrado en la puesta a punto de los paneles flexibles nos asegure que el estrés mecánico derivado del uso, especialmente en aquellos paneles que podemos desplegar y enrollar, no representa un problema. Pero la respuesta definitiva la obtendremos cuando realmente tengamos la oportunidad de probar uno de estos dispositivos con panel desplegable, y podamos utilizarlo durante un tiempo prolongado.
Los escenarios de uso en los que tienen cabida los paneles OLED van mucho más allá de los televisores. Aun así, como cabe esperar, LG es plenamente consciente de que, hoy por hoy, una de sus bazas más contundentes es, precisamente, su tecnología OLED aplicada a las teles. Y en este ámbito su previsión es bastante ambiciosa.
En 2019 LG colocará en el mercado televisores OLED de gran formato y con resolución 8K
Como podéis ver en la imagen que tenéis debajo de estas líneas, LG planea colocar este año en el mercado nuevos modelos de televisores OLED que oscilarán entre las 55 y las 77 pulgadas, un tamaño este último que no hace mucho parecía casi imposible alcanzar en la producción a gran escala.
Y en 2019 planean tener modelos comerciales, no de exhibición, de gran formato y resolución 8K. Eso sí, podemos prever que estos últimos no serán en absoluto baratos, aunque, al menos, nos permitirán «tomar el pulso» a esta tecnología para comprobar qué nos deparará en el futuro.
Al margen de los televisores, los paneles OLED han demostrado ser una opción muy atractiva cuya integración merece la pena contemplar en todo tipo de dispositivos portátiles. Los hemos visto en la gama alta de smartphones de varios fabricantes (Samsung, Apple, LG, Google, etc.); en consolas de videojuegos portátiles, como PlayStation Vita (curiosamente la pantalla de Nintendo Switch es IPS y no OLED, aunque su calidad es igualmente fantástica) y en algunos smartwatches de fabricantes como LG, Google o Samsung, entre otros.
Eddie Yeo, responsable de marketing de LG Display: «soñamos con un futuro en el que las pantallas estarán en todas partes»
La producción a gran escala de paneles OLED provocará que, poco a poco, sus precios se vayan reduciendo, lo que permitirá a los fabricantes colocar en el mercado teles más económicas equipadas con estos paneles. Y también podemos esperar que lleguen a muchos más dispositivos portátiles, y no de forma casi exclusiva a los de las gamas alta y premium.
Pero esto no es todo. LG, que es uno de los principales actores del mercado de los paneles OLED, tiene en mente nuevos escenarios de uso tanto para sus paneles OLED convencionales, los rígidos, como para los flexibles, que, presumiblemente, no tardarán mucho en llegar, como veremos al final del artículo. Y una de las aplicaciones en las que no tardaremos en verlos son los coches.
No debemos pasar por alto algo importante: las mismas cualidades que hacen atractivos a los paneles OLED en los televisores, los hacen muy interesantes también en dispositivos de otras categorías. Sus negros tan profundos, su elevada relación de contraste nativo, su lograda colorimetría, sus convincentes ángulos de visión... Todo esto es valioso también más allá de las teles.
¿Dónde podría tener cabida un panel OLED en un coche? Sencillamente, en los mismos lugares en los que muchos vehículos ya incorporan una pantalla, como son el salpicadero a modo de interfaz de control de los parámetros del vehículo, en el panel de instrumentación (velocímetro, cuentarrevoluciones, etc.), detrás de los reposacabezas de los asientos delanteros como pantallas para ocio...
Los paneles OLED flexibles tienen las propiedades idóneas para ser utilizados en el cuadro de instrumentos de los coches
En este escenario de uso, el de los coches, también se está contemplando el atractivo de optar no solo por pantallas OLED, sino por paneles flexibles dotados de esta tecnología, y, por tanto, capaces de adaptarse perfectamente a las superficies del interior de los vehículos, que normalmente no son planas.
De hecho, nos consta que LG Display, la filial especializada en el diseño y la fabricación de pantallas de LG, está trabajando con empresas del sector de la automoción, como Tesla, Cadillac, Audi y Mercedes. La buena noticia es que los paneles OLED llegarán a algunos modelos comerciales de estas marcas a lo largo de 2018, y alguna otra, como Lexus, ya tiene modelos en la calle equipados con estas pantallas.
Esta es, sin lugar a dudas, una de las aplicaciones más originales de los paneles OLED. Y es que no resultan atractivos solo como dispositivos de visualización de imágenes; también pueden utilizarse en la iluminación de espacios gracias a la capacidad que tienen los diodos orgánicos del panel de emitir su propia luz.
LG ya ha desarrollado paneles OLED diseñados específicamente para iluminar espacios. De hecho, actualmente podemos encontrarlos instalados en la biblioteca de la Universidad Nacional de Seúl y en algunos hoteles, como el Grand Walkerhill, también ubicado en la capital de Corea del Sur.
Otro escenario de aplicación bastante sorprendente de los paneles OLED para iluminación son los coches. Y no es algo que llegará en el futuro. Ya está aquí. De hecho, el M4 GTS de BMW y la última revisión del A8 de Audi son dos de los vehículos que ya incorporan paneles de iluminación OLED en los faros. Eso sí, el primer coche que utilizó esta tecnología de iluminación fue el TT RS de Audi, que ya en 2016 ofrecía a los clientes de esta marca la posibilidad de incorporar faros OLED, que eran contemplados como un extra.
Una de las características más interesantes de los paneles OLED como dispositivos emisores de luz consiste en que, actuando sobre la corriente eléctrica que reciben los diodos orgánicos de la capa electroluminiscente del panel y sobre la propia estructura de los diodos, es posible manipular las características de la luz que emiten. Esto es muy interesante porque, sobre el papel, puede permitir adaptar los paneles de iluminación LED a entornos bastante variados.
No obstante, hay algo a lo que también debemos prestar atención los consumidores, al margen de su precio (que posiblemente al principio no será bajo): su consumo. Los televisores OLED consumen normalmente menos que las teles con panel LCD de las mismas pulgadas porque el panel orgánico de los primeros no requiere retroiluminación. Además, cada celda del panel puede apagarse para que deje de emitir luz y consiga materializar el color negro puro, y, cuando está en ese estado, su consumo es cero. Este comportamiento no puede implementarse en los paneles LCD.
Pero cuando nos adentramos en el terreno de la iluminación de espacios surgen dos interrogantes: su consumo y su longevidad. En este terreno el rival a batir son las lámparas LED, tanto en lo que concierne al consumo como a la durabilidad, por lo que estaremos atentos para ofreceros más información acerca de cómo se comportan los paneles OLED para iluminación en este terreno.
Actualmente no hay muchas compañías en el mundo que dispongan de los recursos necesarios para diseñar y fabricar paneles OLED. Algunas de ellas son LG Display, Japan Display, Samsung, Nippon Seiki, Orion OLED, etc. Lo más curioso es que LG Display vende paneles OLED a algunos de los competidores de LG en el mercado de las televisiones, como Bang & Olufsen, Panasonic y Sony, que compiten con las teles de LG con panel OLED en la gama más alta.
Según Joonyoung Yang, de LG Display, «las pantallas OLED estarán disponibles con todo tipo de factores de forma»
Aunque lo cierto es que no debería extrañarnos en absoluto porque este tipo de relación es muy similar a la que, por ejemplo, mantienen Apple y Samsung (la primera es competidora y cliente de la segunda). No obstante, como nos recordó Sang Lee, vicepresidente de marketing de LG Display, durante un evento reciente en el que tuvimos la ocasión de hablar con él, «LG Electronics y LG Display son dos compañías distintas desde un punto de vista legal. Son diferentes entidades de negocio. Todos los fabricantes de televisores pueden ser potencialmente clientes nuestros, por lo que estamos abiertos a negociar con todos los miembros de la industria». Ahí queda eso.
Ha llegado la hora de dar respuesta a algunas de las preguntas que planteamos al principio de este artículo. ¿Tienen sentido las pantallas flexibles, sean OLED o no lo sean? Sí, lo tienen. Y lo tienen porque, como hemos visto, nos ofrecen ventajas sobre las pantallas rígidas convencionales en algunos escenarios de uso en los que la flexibilidad representa un valor añadido.
En ocasiones esas ventajas no son definitorias, al menos en una primera aproximación, como puede ser en el caso de los televisores y los smartwatches. Y es que aún tienen que demostrarnos en qué medida nuestra experiencia será mejor si nos hacemos con uno de los dispositivos con panel flexible que hemos podido ver, por ejemplo, en la última edición del CES, como el televisor enrollable de 65 pulgadas y resolución 4K que ha mostrado LG.
Pero en otros contextos, como son la integración de paneles OLED en automóviles y su uso como fuente de iluminación de espacios y en automoción, los paneles flexibles marcan la diferencia. Y es que si solo fuese posible poner a punto paneles planos posiblemente la tecnología OLED no llegaría a estos mercados porque no se adaptaría ni estética ni funcionalmente a sus necesidades.
La fabricación a gran escala de paneles OLED provocará que su precio se reduzca drásticamente durante los próximos años
Según Sang Lee, el vicepresidente de marketing de LG Display al que he mencionado unas líneas más arriba, los primeros dispositivos comerciales dotados de una pantalla flexible en toda regla llegarán al mercado pronto. Por más que insistimos no conseguimos que nos ofreciese una fecha más o menos certera, pero por su declaración, y por la información que tenemos, podemos intuir que está hablando de pocos años. Con un poco de suerte quizás no más de dos o tres.
Mientras, dadas las optimistas previsiones que manejan tanto las consultoras como los fabricantes de paneles OLED, como hemos visto al principio del artículo, LG Display consolida su presencia en el mercado abriendo nuevas fábricas en China, como la de Guangzhou, cuya finalidad es descargar de algo de trabajo a las factorías que la compañía tiene en Paju y Gumi, ambas localidades en Corea del Sur y preparadas para poner a punto paneles OLED de octava y séptima generación respectivamente.
Antes de concluir el artículo me gustaría rescatar uno de los vaticinios de Sang Lee. Y es que este responsable de la compañía nos confesó, justo después de asegurar que en 2020 se producirán nada menos que 6.500 millones de pantallas globalmente, que la entrada de la tecnología OLED en la producción en grandísimas cantidades les permitirá colocar en la calle estas pantallas a precios mucho más asequibles. Esperemos que esté en lo cierto y su «promesa» llegue lo antes posible.