Saber si un drone te está grabando, a simple vista, es un poco difícil, por no decir imposible, pues, a no ser que veamos directamente la cámara funcionando (lo cual es muy difícil, sobre todo porque suelen estar integradas y pasan muy desapercibidas), no lo podremos saber a ciencia cierta. Hay drones que no tienen cámara, y otros que sí, incluso algunos con resoluciones muy buenas y con las que se puede incluso grabar dentro de casas con gran calidad.
Pero, ahora, gracias a investigadores de la Universidad Ben-Gurión del Néguev (Israel) y expertos en ciberseguridad del Instituto Weizmann de Ciencias (también en Israel), podremos saber, con los conocimientos técnicos necesarios, si un drone está realizando grabación o no. Básicamente lo que se hace es analizar la señal Wi-Fi de ese drone.
Los drones con cámara suponen una vulneración a la intimidad muy grande
El método es muy simple, al menos de explicarlo: lo primero que hay que hacer es interceptar la señal Wi-Fi del drone. Los drones emiten o usan señales Wi-Fi para emitir el vídeo o las imágenes que van grabando. En la otra punta de la ciudad, o incluso en su casa (en determinados drones) hay un operador controlando el drone y viendo las imágenes probablemente mediante su teléfono móvil.
Interceptar el Wi-Fi, según los investigadores, es relativamente sencillo y no requiere de conocimientos técnicos avanzados. De hecho, aseguran que se puede hacer con un simple ordenador con Linux, sin requerir siquiera conocimientos criptográficos.
Una vez se ha interceptado la señal, debemos esperar a que esta se estabilice. Esto ocurre cuando el drone esté apuntando a algún lugar en concreto donde no esté ocurriendo nada. Cuando lo consigamos, realizamos pulsos de luz hacia el drone. Automáticamente, se producirá un cambio en la imagen y, por lo tanto, el bitrate ascenderá, produciéndose picos en la señal Wi-Fi.
Lo único complicado es enviar ese pulso de luz hacia el lado del drone hacia donde creemos que estaría grabando. Lo podemos ver en el minuto 1:12 del vídeo inferior, momento en el que, como la imagen de la cámara está estabilizada, el bitrate también, pero, cuando se encienden y apagan las luces de la casa de forma repetida, el bitrate cambia justo en ese momento, lo que quiere decir que una cosa es consecuencia de la otra.
La clave está en crear un estímulo en una imágen estática y ver si la tasa de bits de la señal Wi-Fi varía. Una vez hemos comprobado que hay variación, la prueba debería realizarse varias veces para descartar falsos positivos.