Pocos se podían imaginar que la llegada de Trump al poder tendría tantas consecuencias en el plano virtual. Desde las injerencias rusas a través de redes sociales como Twitter o Facebook para favorecer su campaña hasta la muerte de la Net Neutrality, la ley que promovía que el uso de Internet debía blindarse como bien general.
Ahora, a partir de abril, los estadounidenses comenzarán a manejar conexiones y tarifas en función de las ofertas de los proveedores.
La nueva ley prohíbe expresamente a los Estados modificar o variar de alguna manera la legislación sobre la red
La FCC o Comisión Federal de Comunicación ha puesto fecha al fin de la ley. El 23 de abril, de forma automática, entrará en vigor la nueva regulación, que estipula que para ofrecer un servicio más personalizado y con mayor satisfacción para el cliente, los operadores de Internet pueden establecer diferentes tarifas, velocidades y accesos a la red.
Los ciudadanos estadounidenses que se benefician ahora de la Net Neutrality impulsada por Obama se siguen organizando a través del portal Save the Internet. No obstante, parece que poco van a poder hacer ya.
El Partido Demócrata ha anunciado su intención de recoger apoyos para restablecer la neutralidad de la red, y en la legislación que entrará en abril se especifica que los Estados no pueden modificarla de ninguna manera.