Tenemos una nueva interfaz que puede transcribir palabras que el usuario verbaliza internamente, y esta vez llega desde el MIT.
De trata de un sistema portátil que usa electrodos para captar señales neuromusculares en la mandíbula y en la cara, señales que se desencadenan mediante verbalizaciones internas. De esta forma un software es capaz de adivinar las palabras que decimos y que no pueden detectarse con el ojo humano, algo posible gracias a un entrenamiento realizado para relacionar señales particulares con palabras particulares.
El dispositivo cuenta con un par de auriculares de conducción ósea, que transmiten las vibraciones a través de los huesos de la cara hacia el oído interno.
En una de las pruebas realizadas se usó el sistema para informar silenciosamente los movimientos de los oponentes en un juego de ajedrez y recibir respuestas recomendadas por la computadora, una forma extremadamente sofisticada de hacer trampas.
Los investigadores describen su dispositivo en un documento que presentaron en la conferencia ACM Intelligent User Interface de la Association for Computing Machinery. En él comentan que la verbalización interna, o "subvocalización", como se la conoce, es la que se da entre muchas personas cuando están leyendo, y se ha verificado que hay partes de la cara que son las fuentes de las señales neuromusculares más confiables. De esta forma sería posible establecer una conexión bidireccional con las máquinas mucho más discreta (como buscar en google sin necesidad de coger el móvil, por ejemplo)
Aunque para obtener resultados perfectos sería necesario un gran número de electrodos, se han conseguido buenos resultados usando solo cuatro a lo largo de la mandíbula, lo que genera un dispositivo portátil menos molesto.
De momento solo es un experimento, nada comercial, pero los resultados prometen.