La de hoy es una de esas cosas que no sabía que necesitaba saber hasta que alguien me lo ha dicho. Y me lo ha dicho Alexander Gerst, un astronauta alemán que está en estos momentos sobrevolando nuestras cabezas a bordo de la Estación Espacial Internacional: Así se ven las auroras desde el espacio.
Según las NASA, así describía la imagen Gerst y no necesitaba mucho más. Si las auroras parecen alucinantes desde el suelo, la vista desde el espacio no se queda atrás. Aunque sepamos que son el producto de la interacción entre los vientos solares y los campos magnéticos de la Tierra, eso no le quita magia. Es más, se la añade.
Hablamos de partículas que han recorrido millones de kilómetros y que, al llegar, excitan a las partículas de oxígeno y nitrógeno de la atmósfera para producir una "lluvia" de fotones. Según se estima, las auroras se dan a una altura de unos 100 kilómetros; precisamente por eso, la EES a cuatro veces esa distancia es un mirador espectacular para verlas desde el otro lado.
Alexander Gerst da buena fe de ello.
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