Los insectos son capaces de llegar allá donde otros seres vivos no pueden ni imaginar. Las labores de rescate, por ejemplo, podrían verse beneficiadas de este tipo de habilidades ¿Y si pudiéramos entrenarlos para que cumplieran nuestros designios? O mejor aún, ¿y si pudiéramos controlarlos, como si de robots se tratasen? Ha comenzado la era de los insectos biónicos, y no tardarán mucho en estar a nuestro alrededor.
La idea de controlar insectos con microchips y transistores tiene algo más de una década. Por el momento, aunque han sido muchos los intentos de conseguirlo, ningún biorrobot ha conseguido cumplir del todo con nuestras expectativas, hasta ahora.
La Universidad de Connecticut, la UConn, ha desarrollado un microcircuito capaz de enviar señales eléctricas a una cucaracha de Madagascar (Gromphadorhina portentosa) de manera que controlan la dirección de movimiento de este insecto. Para ello, se pega en el animal una "mochila" robótica, que consiste en el circuito que transmite las señales eléctricas y se conecta con el control remoto.
Unos electrodos insertos en el tejido nervioso del animal envían señales eléctricas a sus antenas, de manera que simulan un obstáculo. Así, si se produce una señal en la antena izquierda, la cucaracha girará a la derecha y viceversa. Este sistema ya había sido probado con anterioridad, sin embargo, el neurocontrolador de la UConn, además de estas señales, es capaz devolver un feedback sobre la respuesta neuromuscular de la cucaracha en tiempo real.
También puede estimular los nervios de forma más precisa y simultánea, consiguiendo un control más eficiente del insecto. Un potenciómetro en la placa permite controlar con mucha sensibilidad la intensidad de las señales eléctricas, y una antena Bluetooth permite dirigirla usando un simple móvil.
El principal interés para desarrollar este tipo de insectos está en el rescate. Por otro lado, un pequeño animal, capaz de llegar casi a cualquier parte de forma discreta podría ser muy útil en otro tipo de tareas más relacionadas con la vigilancia o, por qué no, el espionaje.
Las cucarachas biónicas podrían acelerar el proceso de rescate ya que pueden acceder a lugares imposibles con otros métodos
Volviendo al tema del rescate, el Ejército de Estados Unidos lleva años interesado en este tipo de tecnologías, la cual podría ayudar a acelerar la búsqueda de supervivientes en caso de catástrofe, algo que es esencial. Cuando ocurre un terremoto o un alud, por ejemplo, las primeras horas son esenciales para rescatar con vida a las víctimas. La tasa de supervivencia se reduce rápidamente con el tiempo, por lo que es imprescindible localizar y comenzar el trabajo de rescate cuanto antes.
Las cucarachas biónicas podrían acelerar este proceso ya que pueden acceder a lugares imposibles con otros métodos. Esto incluye a los robots y drones, que todavía no tienen las mismas habilidades que un ser vivo a la hora de acceder a estos lugares impedidos.
Salvando la enorme distancia, los seres vivos somos robots muy complejos, con mecanismos concisos y clasificados. El problema es la relación entre ellos. A diferencia de una máquina, la interacción entre los distintos subsistemas (por llamarlos de alguna manera) de los seres vivos es extremadamente sutil y compleja.
Por ejemplo, un detalle observado en el control de estas cucarachas biónicas consiste en que el animal no reacciona igual tras recibir una serie intensa de estímulos. Esto puede tener una razón fisiológica (el sistema nervioso inhibe la intensidad de señal) o la cucaracha decide conscientemente que no va a seguir la señal.
En cualquiera de los casos, esto implica que la persona que controla al animal tendrá que saber "pilotarlo", pues este comportamiento señala las complicaciones a las que podría enfrentarse. Los investigadores afirma que deben seguir investigando y probando con estos animales hasta desarrollar un control remoto totalmente satisfactorio.