Todo lo que sabías de Superman es mentira: qué es la retrocontinuidad y cómo afecta a los superhéroes de Marvel y DC
Hace unas semanas salía en las tiendas estadounidenses el 'Action Comics' #1000, un cómic en el que decenas de autores celebraban que las aventuras de Superman cumplían 80 años y, por otro lado, su serie principal llegaba al milenario número.
Uno de esos autores es Brian Michael Bendis, que firmaba una pequeña historia introduciendo su próxima etapa a cargo del personaje. En ella, no voy a entrar en spoilers, cambiaba uno de los elementos más básicos del origen de Superman. Algo concerniente a la destrucción de Krypton.
Este cambio supondría lo que llamamos un retcon: un elemento de retrocontinuidad o continuidad retroactiva. Es decir, una alteración del pasado que se convierte en un elemento canónico. Ojo, no se trata exactamente de un "regreso al futuro", sino más bien de modificar el pasado para que encaje con la evolución del personaje y, en muchos casos, la narración que nos interese como creadores. Una especie de marco y justificación para lo que queremos contar.
Esto, en el fondo, no es más que una solución a la acumulación de elementos e historias de cada superhéroe... y de personajes literario o de ficción en general. Algo que permita crear un transfondo "coherente", incluso una tabula rasa, para que el guionista pueda trabajar sin necesidad de tener un conocimiento enciclopédico de cada personaje y su continuidad.
También es una solución al anquilosamiento que sufren los personajes. Sí, puedes intentar hacer etapas novedosas y cosas que nadie ha intentado antes, pero tarde o temprano el estatu quo del superhéroe de turno volverá a ser "el de antes". Por ejemplo: puedes poner a Bruce Wayne en bancarrota, pero siempre se las apañará para ser uno de los hombres más ricos... o partirle en dos, que ya se recuperará.
Así los guionistas pueden escarbar en el pasado, navegando por las aguas conocidas y adentrándose en terreno no explorado, revelando cosas ignotas y, en ocasiones, cambiando ciertos elementos... afectando así al presente.
Podemos contar con dos principales modos de retrocontinuidad: la adición, donde se agregan detalles e incluso historias completas al pasado de un personaje (ej. 'Las historias jamás contadas de Spiderman'), y la alteración, donde se revelan o cambian ciertos datos (el origen de La Cosa del Pantano de Moore dista mucho que el que le dio Len Wein). También está la substración, es decir, ignorar a conciencia elementos y hacer como si nunca hubieran pasado ('Spiderman: Capítulo Uno').
No podemos confundir, tampoco, el retcon con el reinicio. 'The Ultimates', el "Nuevo Universo DC" (o Nuevos 52), etc... lo que hacen es comenzar de cero (o casi de cero según qué serie) y conformar en sí mismos una nueva continuidad.
Si seguimos con el ejemplo de Krypton, el planeta de Superman ha sufrido varios cambios: al principio era muy similar a la Tierra pero más evolucionada, superpoderosa y "se destruyó de viejo". Luego fue por una hecatombe producida en el núcleo. Respecto a su sociedad hemos visto numerosas versiones: una utopía científica, una distopía con más elementos militares, que si eran aislacionistas, que si un planeta desértico... Una de las últimas versiones la podemos ver en 'Krypton'.
Incluso el destino de sus habitantes ha variado. Superman pasa de ser el último hijo de Krypton a ser casi uno de tantos con kryptonianos pululando por diversas partes del universo, desde Supergirl hasta la ciudad embotellada de Kandor pasando por los que casualmente estaban por la Zona Fantasma. Este caos viene causado por mero desarrollo del personaje y, claro, a la introducción de nuevos elementos de retrocontinuidad.
Toda la etapa, o al menos gran parte, de John Byrne en Spiderman se basaba en 'Capítulo Uno', una miniserie en el que el autor canadiense reescribía el origen del trepamuros y lo ligaba a numerosos villanos (como el Doctor Octopus). Gracias a ese cambio del pasado, Byrne tenía luz verde para hacer lo que le diese la gana en su etapa en 'The Amazing Spider-man'
Pero no hace falta que el personaje lleve décadas de existencia para cambiarle cosas del pasado. Mismamente la naturaleza de la Cosa del Pantano varía entre la concepción definitiva de Len Wein y la toma del personaje por parte de Alan Moore menos de una década después cambiando los hechos del accidente de Alec Holland.
El universo cósmico de los Green Lanterns sigue cambiando desde que Geoff Johns introdujera todo un espectro de color y, además, se empezó a adentrar en el pasado remoto de los Guardianes y los orígenes anteriores a la creación de los centinelas esmeraldas.
Quizá el primer gran caso de retrocontinuidad (o, por lo menos, el más importante de la edad de plata) dentro de los cómics de superhéroes fue cuando, en 1963, Stan Lee y Jack Kirby decidieron recuperar al Capitán América en las páginas del número 4 de 'The Avengers'. En la historia conoceríamos cómo el otrora héroe de la Segunda Guerra Mundial llevaba años congelado en las aguas del atlántico norte en vez de en activo.
Esto obligaba a "olvidarnos" de las aventuras publicadas desde el final del conflicto bélico hasta bien entrados los años 50, en donde el supersoldado pasaba de combatir nazis a luchar contra comunistas y antiamericanos en general. Posteriormente se explicó que durante la desaparición del Capitán América pasaron a encarnarle otros, algunos de los cuales reaparecerían de vez en cuando en las páginas de los cómics.
Ed Brubaker también recuperó años después una de esas figuras inamovibles en la vida pasada de Steve Rogers: Bucky Barnes. Dado por muerto, Bucky fue reclutado por los soviéticos como un superasesino fantasmal llamado Soldado de Invierno.
Aunque no cuenta técnicamente como un retcon, en la etapa del 'Capitán América' de Nick Spencer se jugó profundamente a alterar el pasado a través del cubo cósmico. El centinela de la libertad era en realidad miembro de HYDRA. Esto, en realidad, puede ser un capítulo más en el origen tanto de la organización malvada como de SHIELD.
Un tropo clásico de la ciencia ficción y del cómic es el de "no era yo, era mi gemelo malvado/clon/robot suplantador"... que si bien a veces se resuelve en la misma historia en otras ocasiones se descubre años después. Que si el Magneto que hizo no sé qué era un robot, o que resulte que haya tres Jokers...
Siguiendo con los orígenes... ¿qué pasa con las familias? Trastear con el pasado de los personajes es trastear con dramas familiares y cosas que dábamos por seguras. Uno de los mayores dramas familiares de los últimos tiempos lo ha vivido Tony Stark, también conocido como Iron Man.
En los últimos cinco años entre Kieron Gillen y Brian Michael Bendis han despojado a Tony de su parentela. Durante 'El origen secreto de Tony Stark' descubríamos que el bebé que esperaban Howard y Maria Stark tenía probabilidades ínfimas de sobrevivir. Howard movió cielo y tierra para salvarlo, llegando a una alianza con un alienígena. No voy a entrar en pormenores, pero la conclusión es que el unigénito de sus padres se llamó Arno, Tony era adoptado.
Wonder Woman también ha tenido lo suyo con su parentesco. La base de la formidable etapa de Brian Azzarello radicaba en que se descubría que en vez de haber sido hecha de arcilla (el origen de toda la vida) fue fruto de un encuentro pasional entre Hypólita y Zeus. Esto también derivó en rencillas entre hermanos y hermanos perdidos.
Con Spiderman, por ejemplo, Joe Michael Straczynski puso a prueba los límites del "toquetear" al ir a por la controversia y la búsqueda del shock sin sentido revelando que Gwen Stacey (la novia muerta de Peter Parker) y Norman Osborn (su asesino como Duende Verde) no solo habían tenido una aventura sino que habían egendrado hijos.
Este puede ser, perfectamente, el ejemplo perfecto de crear un elemento de retrocontinuidad que no tiene ni pies ni cabeza (¿cómo oculta Gwen el embarazo?, ¿por qué Mary Jane no dice nada?, ¿por qué son tan mayores los hijos?...). Una historia de un pasado que, simplemente no encaja y está a la altura del "tía May era una furcia y es la madre verdadera de Peter" del 'Trouble' de Mark Millar (que, afortunadamente, no llegó a ser canónico) y convierte 'Un día más' en obra maestra.