Este es el final de Theranos: la firma biotecnológica tras "el fraude de los diez mil millones de dólares" se disolverá
La biotecnológica que prometía revolucionar los análisis de sangre con un prometedor y tecnológico sistema, Theranos, llega a su fin. Menos de un año tardó su fundadora, Elizabeth Holmes, en pasar de ser considerada la nueva estrella de Silicon Valley a ser calificada de un gran fraude.
Esta compañía ha notificado a sus accionista que se disolverá pronto, según asegura The Wall Street Journal. En un correo electrónico, Theranos explica que planea pasar los próximos meses pagando a los acreedores con los activos que le queden a la compañía.
Esta disolución se produce tres meses después de que su responsable, la otrora admirada Elizabeth Holmes, fuera acusada por fiscales federales estadounidenses de perpetrar un fraude multimillonario. Habría engañado, presuntamente, a inversores, médicos y pacientes.
En el mensaje remitido a los financiadores de la startup médica, su director general, David Taylor, señaló que la compañía había dedicado sus últimos esfuerzos en encontrar un comprador, pero no fue posible. Es por eso que ahora Theranos pone punto y final a su fraudulenta historia.
Theranos tenía como objetivo revolucionar el cuidado de la salud revolucionando, a su vez, los siempre necesarios análisis de sangre. ¿Cómo? Permitiendo realizar los estudios de nuestro tejido conectivo líquido en tiempo real mediante un dispositivo y una gota de sangre.
La iniciativa logró despertar el interés de numerosos inversores, entre ellos encontrábamos personajes de tanto renombre como Rupert Murdoch o Larry Ellison, y captar en su día decenas de millones. Además, llegó a valorarse por más de 9.000 millones de dólares.
Forbes añadiría que Elizabeth Holmes, con la mitad de las acciones, era "la mil millonaria hecha-a-sí-misma más joven del mundo".
La fundadora de Theranos, tras conseguir financiación se dedicó a rodearse de prestigio político y empresarial, logró grandes acuerdos empresariales como el que rubricó con Walgreens, la segunda cadena de farmacias más grande de Estados Unidos. Poco más tarde, Holmes se convirtió en "la gran promesa biotecnológica", su presencia en conferencias se hizo habitual y la empresa acumulaba 400 millones en fondos. Y no era para menos, porque verdaderamente se creía que podía revolucionar el sector.
Sin embargo, un editorial del Journal of the American Medical Association publicado en 2015 criticó que pese a la década de historia de la compañía no habían publicado ni un solo artículo en revista biomédica alguna. Theranos, meses después, logró que uno de sus tests fuese aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos, la FDA, y ese fue el principio del fin.
A partir de ahí se sucedieron las sospechas. Una investigación de Wall Street Journal puso de relieve en 2015 que, pese a comercializar decenas de test, solamente uno había sido aprobado. A partir de ahí la FDA suspendió temporalmente la actividad de Theranos y se inició un goteo de informes negativos sobre su situación, la poca fiabilidad y validez de sus análisis, así como la tecnología que estaba tras los que sí funcionaban, que era de Siemens y no de la empresa.
Finalmente, durante el verano de 2016, se anunció una sanción de más de 10.000 dólares al día, se revocó la certificación de los laboratorios de Theranos y se inhabilitó a Elizabeth Holmes para la posesión o dirección de un laboratorio durante dos años. En marzo de este año, a juicio de la Comisión Norteamericana de la Bolsa y los Valores, la SEC, esta empresa es un fraude de más de 700 millones de dólares.